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El templo conserva un bello sagrario pétreo de estilo gótico flamígero

F. Rubia alejos LALÍN

DEZA

Existen partes de relieves mutiladas para instalar el dorsal de un retablo

15 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La cabecera del templo está dividida en dos partes por un cimacio o moldura en gola pintada con una cinta de follaje repetitiva, que recuerda la flor de loto. La parte superior del testero es de datación precisa. Según lectura del texto escrito en la corona de la moldura:

«ESTA OBRA SE PINTO E NEL ANO DE MIL E QUINIENTOS I SESENTA I SIETE».

La iconografía representada en el mural constituye la escena final narrativa de la vida de María, que es la ceremonia de la «Coronación de la Virgen» como reina del Cielo. Presidiendo la escena y centrando la composición aparece en el cielo la Inmaculada Virgen María de pie sobre una media luna como símbolo de castidad, rodeada de ángeles y querubines, sobre un paisaje montañoso.

El Dios Padre, o Padre Eterno, y el Hijo sostienen al unísono la corona para imponérsela sobre la cabeza de María, mientras el Espíritu Santo en forma de paloma blanca, envuelto en un haz de luz permanece encima (Trinidad). Dios Padre se cubre con una tiara rematada por la cruz. Las tres coronas de que está compuesta simbolizan la Trinidad o las tres divisiones del Reino de Dios. El globo terráqueo que porta alude a su soberanía sobre el orbe.

A la diestra del Padre está Jesús, su Hijo, con halo o nimbo circular sobre la cabeza como expresión de su gran dignidad. El cetro de Jesús, apenas distinguible en la pintura, es la insignia de su poder universal. En la parte baja y a ambos lados, figuran los doce apóstoles repartidos en dos grupos de seis. En el grupo de la derecha se distingue San Juan, único barbilampiño. El Apóstol que porta un libro pudiera ser Mateo, autor del Evangelio.

La parte inferior del testero es de un interés artístico extraordinario. En esta superficie podemos hacer dos diferenciaciones, entre los elementos pétreos tallados policromados, que conforman un singular sagrario; y la pintura mural de la Piedad.

Panel enmarcado

El sagrario consiste en un panel enmarcado por un arco carpanel con sencillos canecillos en el arranque que representa la arquitectura de la portada de un edificio gótico de dos plantas. En la planta inferior, y ocupando el eje de simetría, se abre una puerta monumental que corresponde a la del Sagrario, centro vital de la Liturgia donde se colocaba la Custodia.

Se compone el Sagrario de un nicho, practicado en el grosor del muro, de planta cuadrada que presenta en las caras de su interior decoración en relieve, enmarcadas en pseudo-hornacinas poco profundas. Al fondo hay una cruz de calvario de resplandor, con los extremos trebolados. En el lateral izquierdo una escultura en actitud orante, con las manos unidas sobre el pecho y la cabeza levemente reclinada. En el derecho un ángel portando una especie de vara larga y gruesa.

Como elemento destacable figura la ornamentación del techo, que reproduce una bóveda de crucería propia de la arquitectura gótica. Todo su interior se halla recubierto por gruesas capas de cal, que desvirtúan los relieves escultóricos e impide ver en detalle.

El sagrario carece de puerta. Esta debió ser de madera tallada con escenas o pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, o relacionadas exclusivamente con la Eucaristía.

Este vano se halla flanqueado por dos pares de pilastras, con sus correspondientes basas y capiteles. Los fustes están decorados en paneles alargados rehundidos. Entre las pilastras se sitúan dos figuras de piedra policromada talladas a medio relieve, que por los atributos son Apóstoles. El de la izquierda viste casulla y porta en la mano izquierda llaves, representa por tanto a San Pedro. El de la derecha, tulla, libro abierto y espada, y lo identificamos como San Pablo. Estos Apóstoles aparecen generalmente formando pareja.

Alfiz rectangular

La segunda planta esta ocupada por el arco flamígero de la puerta y el alfiz rectangular que enmarca el arco, donde se pueden observar frondas o excrecencias laterales góticas decorando algunas líneas arquitectónicas desnudas. A ambos lados de la puerta hay dos ventanas flamígeras. Como remate superior este frontispicio está coronado mediante el adorno calado de una crestería gótica entrelazada de estilo primitivo, con remates ornamentales de florón trebolados. Complementa en conjunto dos querubines.

La parte inferior del sagrario está representada por una peana corrida bellamente sustentada por cuatro esculturas de querubines a modo de atlantes.

Los elementos decorativos están basados en la belleza de sus líneas, encuadrándose en el estilo gótico flamígero o florido, que recuerda las formas curvilíneas de la llama, de gran desarrollo y profusión en la Francia de los siglos XV y XVI.

Existen partes de relieves mutiladas que como en otras esculturas del testero fueron cinceladas para adosar sin impedimentos el dorsal del retablo barroco, hoy trasladado.