El veterinario divino vuelve a formar colas

La Voz

DEZA

La romería de San Xorxe recupera el esplendor de antaño y arrastra a Cereixo a cientos de fieles y visitantes

25 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Domingo da Carne. En Cereixo (A Estrada) se conoce así el día grande de las fiestas de San Xorxe, el domingo siguiente al 23 de abril. No es porque sea una cita gastronómica ni porque los lugareños sean de poco pescado. La denominación le viene de antiguo, de cuando los romeros llegaban a pie y llevaban como ofrendas cacheiras y pezuñas de cerdo. ¿Por qué? Pues porque el San Xorxe de Cereixo se consideraba el mejor protector de los animales. El veterinario divino, al que se recurría cuando los otros no podían hacer nada. Entonces el interior pontevedrés estaba mucho más poblado que ahora y no había casa de aldea que no tuviera un par de vacas, un porquiño para cebar o unas cuantas ovejas.

El abandono del campo fue la perdición del San Xorxe de Cereixo. Cuando no hay animales por los que pedir, ya no tienen sentido los rezos. Al menos a este santo, que no es especialista en la cuota láctea, la PAC ni en evitar el éxodo rural hacia la ciudad. Si hubiese un santo así, más de un alcalde se haría devoto. Pero no es el caso. Por eso las aglomeraciones han ido a menos hasta que un vecino, Gonzalo Louzao, se ha empeñado en resucitar la fiesta dándole un aire nuevo y toda la publicidad que ha podido. Un encuentro de corales, otro de asociaciones vecinales y una comida popular con 550 comensales han provocado hasta retenciones en los viales de acceso al templo. Las cacheiras siguen yendo a menos, pero hay pulpo y rosquillas a encher.