«Los fines de semana cada uno hace un plato y yo hago empanada gallega»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

Lorena López es diseñadora gráfica con orígenes en Vilagarcía, trabaja en Airbnb y reside en Cork, compartiendo casa con otras tres personas

24 abr 2020 . Actualizado a las 09:43 h.

Lorena López Valiñas es de Lalín y en septiembre cumplirá cuatro años residiendo en Irlanda. Diseñadora gráfica, hace año y medio que trabaja en Airbnb, una empresa especializada en alojamientos turísticos. Hace algo más de tres semanas su oficina está en casa. «La empresa me proporcionó el equipo informático para poder realizar mi trabajo con normalidad. Tengo un horario programado, por lo que lo estoy llevando bastante bien e intento aprovechar los días al cien por cien», explica.

Vive al sur, en una casa en el centro de la ciudad de Cork, que comparte con otras tres personas. La pandemia la sufren de forma desigual. Lorena trabaja desde casa, al igual que otra de sus compañeras, una chica francesa empleada de Apple y a la que también la empresa le proporcionó todo el material para poder continuar trabajando sin moverse de su domicilio.

Otra compañera de Madrid, cuenta Lorena, «trabaja en una de las cafeterías más populares del centro de la ciudad y se quedó sin empleo». «El gobierno -añade- ofrece a los que se quedaron en el paro durante esa temporada un pago de emergencia». El otro residente es un chico brasileño arquitecto que es el único que continúa saliendo para ir a la oficina.

Restricciones

Las restricciones en Irlanda, cuenta, son muy similares a las de España «se puede salir a hacer la compra, a la farmacia, no se puede salir de casa a más de dos kilómetros de distancia, hay que cumplir las normas de distanciamiento con otras personas y el transporte sigue funcionando pero con menos plazas y con menos frecuencia». «Desde el gobierno, apunta, una medida muy importante es que la sanidad ha pasado de ser privada a ser pública durante esta situación de crisis». El confinamiento, comenta, «lo empezamos el 12 de marzo con el cierre de las universidades, colegios, pubs,... y solo siguen abiertas tiendas de alimentación, farmacias, correos y bancos». La implantación del teletrabajo fue, como aquí, gradual. Por la calle, dice esta lalinense, «se ve a la gente llevando mascarillas, guantes y respetando las distancias. Generalmente son muy respetuosos y se toman las medidas en serio».

De momento la última fecha dada por el gobierno para continuar confinados es el 5 de mayo. Lorena destaca el buen ambiente de su casa y que «tenemos un pequeño jardín que estamos disfrutando un montón estas últimas semanas porque a pesar de la fama de mal tiempo de Irlanda, estos días sale el sol».

Para pasar el tiempo, juegan un montón a juegos de mesa y confiesa que «se nos está dando un montón por cocinar». Los fines de semana, por ejemplo, «uno prepara un plato y los demás le ponen valoraciones. Yo hago empanada. Les gusta mucho, aunque no tengo el material para hacerla exactamente igual, solo si voy al English Market donde me gusta comprar buena carne y buen pescado, pero no se puede comparar con lo que tenemos en Galicia».

Precisamente de Galicia echa de menos muchos de esos productos como es el buen jamón, los chorizos de casa o las conservas de mejillones de Cuca que le mete en la maleta su abuelo de Vilagarcía. Cuenta que le quedan dos latitas «pero serán para algún evento especial».

Viaje a Japón

Su último viaje a casa de la familia fue en febrero y de esa estancia en Galicia «aún me queda reserva de energía». Este mes de abril tendría que estar de viaje por Japón disfrutando de esta cultura milenaria, pero el estado de alarma hizo, a su pesar, que tuviera que quedarse en casa después de tenerlo todo organizado y esperarlo con mucha ilusión.

Sigue en contacto con toda la familia, con sus abuelos de Lalín, con los de Vilagarcía; con su hermana que está en Vigo, con su hermano que vive en Barcelona, con sus tíos de Cambados y con sus amigos. Con la familia y amigos, comenta, «hago videollamada a diario y mando wasaps a todas horas». En el trabajo está notando que tiene menos. Airbnb trabaja para todo el mundo y el parón del turismo le afecta directamente.