Advierte de la necesidad de ofrecer una formación en educación nutricional desde los centros escolares
30 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Pocos secretos tiene la nutrición pediátrica para Rosaura Leis (A Estrada, 1962), coordinadora de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico de Santiago, miembro del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y profesora de Pediatría en la USC. Desde que el profesor Tojo le guio para que cambiase la nefrología por la pediatría, la vida y la carrera profesional de esta estradense dio un vuelco, pasando a ser un referente en su campo y una abanderada de la lucha contra la obesidad infantil.
La pasión de Rosaura por la medicina no tardó demasiado en desvelarse. De la mano de la «profesora Flora» en la escuela parroquial de Ouzande, despertó su interés en la investigación gracias a un juego de química con el que hizo sus primeros experimentos. Tras ello, fue con doña Beatriz en el antiguo colegio José Antonio de A Estrada cuando supo que quería ser médico. «Todo empezó con unos maestros excepcionales, que nos transmitían la pasión por el estudio y la universidad. Desde que tenía diez años mis profesores me hablaban ya de los estudios universitarios, la selectividad y nuestro futuro laboral», afirma Rosaura Leis, reivindicando la figura del maestro en su formación y su devenir laboral.
La familia fue otro apoyo fundamental, aunque al principio tuvo que disipar ciertas dudas. «Mi madre no encajó tan bien como mi padre el que yo quisiera hacer Medicina. Ella insistía en que hiciese Farmacia, ya que así abriríamos una y ella trabajaría en una rebotica. Pero en segundo de carrera ya dejó de insistir», recuerda.
Su estadía en la facultad le derivó inicialmente a un interés por la Nefrología, aunque siempre más a gusto en el apartado médico que en el quirúrgico. Sin embargo, en las postrimerías de la carrera, una llamada cambió su vida: «Yo tenía una tesina de licenciatura sobre los pacientes trasplantados renales, pero mi maestro, Rafael Tojo, me llamó para decirme que tenía un tema de investigación en Pediatría con el que podía hacer mi tesina, yo le contesté que acababa de matricularme en nefrología y me dijo: “se ha equivocado usted, porque va a ser pediatra”. Él fue el que me animó a ir al departamento de Pediatría y en el verano del último año de Medicina empecé a trabajar como asistente voluntario, en ese momento el mundo de la Pediatría me atrapó», explica.
En la actualidad Rosaura Leis lidera un grupo de investigación de nutrición pediátrica en el Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago, desde el que observa como la patología nutricional en nuestra comunidad ha cambiado radicalmente desde los años 60 hasta la actualidad. «En los últimos 50 años los problemas nutricionales se asociaban al déficit de nutrientes como el bocio endémico o el raquitismo. Esto fue evolucionando hacia la malnutrición por exceso, es decir, el sobrepeso y la obesidad», explica. Este nuevo paradigma viene condicionado por factores genéticos y sobretodo ambientales como la dieta y la actividad física.
Para la doctora Leis, esta problemática viene condicionada por la «pérdida de adherencia a la dieta atlántica, la dieta de nuestros abuelos, además del abuso de bebidas azucaradas, aumento de raciones y un descenso de la actividad física y aumento del sedentarismo ligado a las pantallas de televisión o a los ordenadores».
Pese a las estrategias para reducir la obesidad en edad infantil, esta sigue creciendo, aunque parece que la tendencia se va frenando. Para luchar contra la obesidad pediátrica, Rosaura Leis reivindica la dieta atlántica, no solo en alimentación, si no como estilo de vida. También considera fundamental que los centros escolares promulguen una educación nutricional «no para conocer proteínas, si no para aprender buenos hábitos, saber leer un etiquetado o cómo se elabora un plato.
El grupo de investigación que lidera Rosaura Leis está inmerso en dos proyectos a nivel autonómico. El primero se denomina Corals, que consiste en el estudio durante una década de un grupo de niños de tres a seis años sin diagnóstico previo. «Lo que hacemos es pasar una serie de cuestionarios de hábitos de vida, parámetros socioeconómicos, los pesamos, los tallamos, les hacemos una analítica y estudiamos su situación durante diez años para conocer en qué momento se puede producir un cambio en sus estilos de vida que los dirija hacia la obesidad», relata. Un proyecto que se está realizando en el las escuelas estradenses Pérez Viondi, Figueroa, Oca, O Foxo y Codeseda.
El segundo plan se llama Melipop. Encargado de estudiar a niños con padres con obesidad e interviniendo para mejorar con dieta saludable y ejercicio físico. En él participa el centro de salud de A Estrada.