El artista lalinense Nicolás González Aller realizó el cerdo con alas en el 2010. Fue uno de los primeros y sigue siendo hoy el más fotografiado. Ni su belleza ni su éxito como uno de estos ejemplares artísticos que más gusta impidieron que el pasado fin de semana fuera objeto de un nuevo ataque. Acabó fuera de su sitio y con las alas tiradas en el suelo.
González Aller lamenta este tipo de incidencias señalando que «non se pode danar as obras de arte nin ningunha outra cousa», indicando que estos actos vandálicos «non conducen a nada, e facer dano e nada máis». Cree que «tiña que haber vixilancia e unhas sancións adecuadas»para acabar con estas actuaciones realizadas con «nocturnidade e alevosía». En Andorra cuando los cerdos fueron expuestos en el principado, el suyo acabó con una ala rota. El artista lalinense cuenta que «recuperouse o trozo roto pero houbo que facer unha ala nova, que fixen nun taller de poliéster que hai no Carballiño e quedou ben» Un trabajo que llevó a cabo a petición del Concello.
En este caso, de momento, dice, no sabe nada señalando que «vin as fotos pero en directo non o vin e non sei si os danos son poucos e os poden restaurar dende o Concello» y desconoce también por ejemplo si la rotura incluyó «un arnés para suxeitar as alas deseñado para sostelas» que lleva la escultura, no sabe si se lo quitaron o no. Espera que, de una manera o de otra, el cerdo de las alas, como es conocido, puede regresar de nuevo a sitio lo antes posible «e poda volver a estar resucitado para a Feira do Cocido».
El cerdo, de color azul, realizado y diseñado por González Aller, «leva pintada toda unha simboloxía do Camiño Francés e símbolos dos castros», entre otros, comenta el artista. Hace un llamamiento a dejar en paz tanto las obras de arte como el mobiliario urbano haciéndose eco del robo del Atlante de bronce de Manuel Coia en Malpica cortado por la base con una radial.