El estradense Mario López se supera a sí mismo: lleva dos trasplantes de riñón y, mientras espera el tercero, consigue seis medallas en natación
02 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Este invierno Mario López Payo (A Estrada, 1977) se hizo con un bronce en relevos en el campeonato gallego de natación. La hazaña tiene más mérito de lo que parece porque el estradense lleva dos trasplantes de riñón a sus espaldas y, mientras espera el tercero, está acudiendo a hemodiálisis en días alternos.
Mario es integrante del Club de Natación e Salvamento (CNS) de A Estrada y ha encontrado en la natación una fuente inagotable de motivación. «El deporte es una pieza fundamental para todo tipo de enfermedades. No lo digo yo, lo dice cualquier médico. Es un bálsamo, y parte de la curación, para cualquier enfermedad, tanto a nivel físico como mental. Hacer deporte es un pilar básico. Te ayuda a salir de tu burbuja y a relacionarte y a marcarte metas y objetivos. Es muy reconfortante ir cumpliéndolos», cuenta satisfecho.
No es para menos, porque Mario López acaba de regresar de los Juegos Nacionales para Personas Trasplantadas y en Hemodiálisis celebrados el sábado en Gijón con nada menos que seis medallas: cinco oros y un bronce.
El estradense participó en la categoría de hemodiálisis, en la que fue el único gallego compitiendo en natación. Se llevó cinco oros: en 25 metros libres, 50 metros libres, 100 metros libres, 50 braza y 50 espalda. Además, un bronce en relevos 4 X 25.
«Es un orgullo», dice. «Yo no tengo las capacidades físicas de otra persona. Tengo anemia y problemas de hemoglobina. Me fatigo más y tengo más dolor muscular... Para mí es un reto total», cuenta. Un reto que le recomienda a todos los que se encuentren en una situación parecida a la suya. «Me gustaría que se visibilice que si tú te propones algo, lo consigues. Querer es poder», asegura.
Mario López entrena tres días a la semana con el CNS. «Alrededor de hora y media, lo que manda el míster Álex Porto, que es bastante cañero», cuenta encantado. Siempre practicó deporte pero, curiosamente, cuando la salud le acompañaba, nunca logró llegar tan alto como ahora. «Parece un tópico, pero es cierto. La enfermedad te cambia totalmente la perspectiva de la vida. Disfrutas y saboreas más la vida», explica.
Mario se sometió a su primer trasplante de riñón con solo 17 años. A los 30 tuvo el segundo y ahora lleva casi tres años esperando el tercero. «Cuando ya llevas dos trasplantes, estás superinmunizado y es mucho más difícil encontrar un riñón compatible. Es difícil, pero no imposible», dice Mario esperanzado.
Mientras el donante idóneo no aparece, Mario tendrá que seguir viviendo una vida limitada por la diálisis. «Estás allí de 3 a 9 y sales sin fuerzas, totalmente muerto. La máquina te filtra la sangre y puedes seguir con tu vida gracias a ella. Filtra las toxinas, pero no todas. Y también se lleva coasas buenas, como proteínas, vitaminas y otras sustancias que son necesarias», explica.
Pero esos inconvenientes no le quitan la ilusión a Mario, que ya tiene en la cabeza sus próximos retos. «Quiero ir a los Juegos Europeos para Trasplantados y Personas en Hemodiálisis y también hacer con otros compañeros del CNS la Triple Corona, que son tres travesías a nado por las rías gallegas en años sucesivos. La primera será en septiembre: 15 kilómetros a nado de las Cíes a Baiona», comenta.
El estradense espera como agua de mayo su tercer trasplante. Para recuperar un poco de normalidad en su vida y también para poder afrontar otro reto deportivo: competir en los juegos mundiales para personas trasplantadas que se celebrarán el próximo año en Australia.