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UPTA calcula una pérdida mensual media de catorce autónomos
23 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En el último año, los datos de la Seguridad Social de cada mes, han venido arrojando un goteo continúo de bajas de autónomos. Unas cifras que contrastan, en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, con el aumento en el número de trabajadores por cuenta ajena. A enero de este año, en la zona se contabilizaban un total de 7.020 cotizantes. En el último año se perdieron 168, lo que supone 14 menos de media al mes en los concellos de la zona.
Son los datos ofrecidos por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). El presidente del colectivo, Eduardo Abad Sabarís, cifra en cinco, los comercios que desaparecieron al mes en los municipios de las dos comarcas, de media. Una caída que refleja problemas, en muchos casos comunes, en diferentes zonas de Galicia.
En los municipios con mayor entidad poblacional: Lalín y A Estrada, se registraba un descenso acusado que superaba en poco más de medio centenar la caída de autónomos en cada uno de estos concellos. Son 53 menos en A Estrada y 51 menos en Lalín.
Le sigue Silleda con 28 menos y Rodeiro, que recorta el número en 18, mientras que Vila de Cruces lo hace en 12.
Un goteo que se nota menos en los concellos más pequeños con dos menos en Dozón, y la misma cifra en Forcarei. Solo en Cerdedo, el saldo del pasado año es positivo, con seis autónomos más y una cuenta que alcanzó los 83.
Para Eduardo Abad uno de los principales problemas se encuentra en el comercio. Señala que en el conjunto de Galicia se destruyeron 4,5 comercios al día. Una situación que, dice, sigue empeorando. «En Galicia hemos empezado el año destruyendo nueve comercios al día».
En su opinión los últimos análisis, no difieren mucho de los de los últimos años y considera que la muerte del comercio era ya una muerte anunciada dadas las dificultades que lleva afrontando el colectivo para hacer frente a las grandes distribuidoras, las grandes superficies y también los grandes operadores de venta telemática». Un sector que continúa creciendo y que cada vez cuenta con un mayor número de clientes.
Abad Sabarís señala que «se pierde el comercio de proximidad». Para él hay tres factores fundamentales detrás de esa afirmación. «El primero de ellos surgió cuando se liberalizaron totalmente los horarios comerciales y los períodos de rebajas y que hizo que el comercio minorista ya no fuera capaz de competir», afirma. La segunda sería «la baja digitalización», a la que suma «la edad elevada del un sector en el que un 60 % tiene más de 55 años y no hay un relevo generacional que sea capaz de hacer la necesaria innovación».
Para el presidente de UPTA, otro de los problemas que cree importante es «la puerta giratoria en la que se ha convertido el comercio y la hostelería. Ambos son los sectores en los que más autónomos entran y más autónomos salen y eso es porque los trabajadores por cuenta ajena cuando pierden su trabajo buscan en el autoempleo seguir en el mercado de trabajo, sin la cualificación necesaria, sin ningún tipo de formación». El efecto es, opina, «que se produce una situación de baja calidad, vamos a llamarle así, por necesidad y a lo que lleva, al final es a atomizar un sector y se sobredimensiona, lo que pasa es esto», sentencia.
Cree que el camino que marcan las Administraciones es erróneo. Explica que «se empeñan en que haya muchos autónomos y parece que es lo mejor, pero no todo el mundo tiene la capacidad para ser autónomo, ni la idea de negocio para serlo, y no todo el mundo es capaz de desarrollar una idea de negocio que sea factible». Para Abad, lo que se necesita «es cambiar radicalmente ese tipo de políticas. ¿Cómo se cambia eso?: Reestructurando el mercado de trabajo por cuenta propia», afirma.
La solución pasa, defiende, «por crear autónomos de calidad que sabemos que son capaces de sobrevivir a cualquier tipo de inclemencia». En el caso de Deza-Tabeirós, con un entorno eminentemente rural, el presidente de UPTA, considera que «son entornos perfectamente habitables para personas que tienen una capacidad y una formación elevada y que van buscando calidad de vida y lo que tenemos es que darle un entorno tecnológico para que puedan desarrollar su actividad a cientos de kilómetros de sus clientes y esa sería una forma de transformar».
Otra sería, indica, «transformar a través de otras políticas de creación de empleo autónomo, cambiando la dinámica en los centros de FP, y las políticas de relevo generacional para que los más jóvenes sean capaces de coger negocios que llevan tiempo funcionando».
Estos, dice, no tienen que ser necesariamente de los sectores del comercio o la hostelería, puede ser en el de servicios, en el que se incluirían, por ejemplo, profesionales eléctricos o fontaneros. Dentro de ese proceso propone la convivencia durante unos meses con el autónomo que está a punto de jubilarse para adquirir su conocimiento al que se sumarían la formación y la tecnología del nuevo autónomo como base para mejorar el negocio. Urge, dice, un cambio en las políticas municipales y autonómicas, políticas valientes y atrevidas que cambien la dinámica de esta situación».