Iria y Julián empiezan a despertarse de una pesadilla que los dejó sin vivienda a mediados de diciembre cuando tenían todo dispuesto para empezar a merendar. El fuego devoró su casa cuando iban a celebrar la primera Navidad con su pequeño bebé Manuel después de que el año pasado, un parto prematuro les obligase a pasar estas fiestas en el hospital. Fueron días duros, como lo han vuelto a ser este final del 2023. De la noche para la mañana vieron como su vida se hacía cenizas y tenían que encontrar una alternativa mientras rehabilitan un hogar calcinado.
Solo dos semanas después de lo ocurrido, el Concello de Cerdedo-Cotobade le entregó el pasado viernes una de las viviendas sociales que estaban libres en el municipio y la solidaridad de los vecinos y de las empresas de la comarca le ayudaron a amueblarlas. Unos pusieron el salón, otros montaron las habitaciones y los que pudieron colaboraron en la cuenta solidaria a la que se podía aportar dinero. «Estamos agradecidos de poder empezar de cero o 2024 porque rematamos o ano fatal», señala Iría, de 28 años, que estos días anda algo pachucha por un catarro, pero reconoce que empieza a ser algo más positiva después de la desgracia que vivieron el fatídico 16 de diciembre.
Entre todos han ayudado a convertir una antigua consulta médica en una vivienda. La mueblería de Celso Tomé le regaló las mesillas de noche, las cómodas, un espejo y el sofá del salón, mientras la fábrica de colchones Elaxtic donó un juego completo de mesas y sillas. «Os veciños axudaron facendo transferencias e sei que houbo xente a título persoal que os está axudando con equipamentos, como vaixelas», señala el alcalde, que cedió la vivienda a la familia hasta que pueda regresar a la suya. Antes de que eso ocurra, pasará más de un año. Toca reconstruir de cero su casa de la aldea de O Carballal que arrasó el fuego un viernes por la tarde.
Los bomberos tardaron casi una hora en llegar, pero tanto Iria como su padre, Pepe, y su marido, Julián, contaron con el apoyo de los vecinos para intentar sofocar las llamas. Pero fue imposible. Ella veía asustada como el incendio devoraba la casa que era de sus abuelos y en la que había crecido desde niña. Esos primeros días los pasaron con sus suegros en Ponte Caldelas, pero la pareja quería retomar cuanto antes su vida. El alcalde de Cotobade, Jorge Cubela, puso desde el principio todo de su parte. Así lo anunció desde su cuenta de Facebook a los dos días del suceso. «Non estades sós. Tedes todo o noso apoio e solidariedade». Esas palabras que hizo públicas el 18 de diciembre cobran ahora más sentido. Desde ese día se puso en marcha una cuenta de apoyo para que los vecinos que quisieran pudieran donar dinero. Y así fue, el aluvión de solidaridad desbordó a Iria y a José, que desde su casa nueva solo dan una y mil veces las gracias. «Grazas aos veciños e as empresa temos unha vivenda», recalca Iria.
Ayuda hasta de operarios
El alcalde reconoce que «na vida, as persoas deberían ser medidas polas súas boas accións. Non hai maior máxima moral que axudar sen mirar a quen». Además de las gracias a las empresas que colaboraron, Jorge Cubela destaca la labor de la familia Perdiz, de Aguasantas, que compró y donó un juego completo de mesa y sillas para el salón. Los operarios municipales ayudaron a trasladar, montar y colocar todos los enseres. «Agora? A pechar a colaboración para o proxecto técnico de rehabilitación do seu fogar para que poidan volver o máis axiña posible», añade el regidor municipal.