La certificación forestal, una apuesta que hace subir el precio de la madera

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS REDACCIÓN / LA VOZ

DEZA

Martina Miser

Un sello de calidad genera varios cientos de euros más a la madera cortada

18 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lograr una certificación forestal para un monte supone que el dueño tiene por el terreno una preocupación que va más allá de lo estrictamente forestal. Puede entenderse que su interés se basa también en una inquietud relacionada con el medio ambiente y con la intención de alcanzar una gestión respetuosa. Tantos desvelos tienen recompensa, ya que la madera certificada se paga a un precio algo más alto.

control

Dos estándares que miden la calidad de montes gallegos. En los montes de Galicia hay dos sellos de calidad, PEFC y FSC. PEFC es la traducción del inglés de Programa para el reconocimiento de la certificación forestal. FSC, siglas en inglés de Forest Stewardship Council, es una organización internacional sin ánimo de lucro que en España tiene sede en Madrid. Las dos entidades conceden un certificado según el cual se acredita que un monte cumple unos requisitos. Del proceso de evaluación se encargan empresas consultoras que trabajan para esas entidades.

exigencias

Necesidad de un documento de gestión. Si un propietario forestal quiere tener un certificado de gestión, sea con el sello PEFC o con el FSC, debe presentar un documento de gestión visado por la autoridad forestal correspondiente. En ese documento debe recogerse qué especies y qué volúmenes hay, si el terreno está afectado por algún espacio natural y qué trabajos se prevén en ese monte en los próximos años. También hay que mostrar documentos relativos, por ejemplo, a proyectos de ordenación o pagos de tasas.

respuesta

Contacto de las empresas con entidades certificadoras. Si un propietario forestal quiere lograr un certificado PEFC, en esa entidad, que en Galicia tiene sede en Santiago de Compostela, se deriva la petición a cualquiera de las empresas que trabajan en la comunidad para evaluar el estado de terrenos. Si, por el contrario, se dirige a la delegación española de FSC (Madrid), se le informa de los requisitos que debe cumplir para tener el sello y se le pone en contacto con alguna entidad certificadora. Son esas entidades las que evalúan si un monte puede ser certificado o no.

evaluación

Análisis del terreno. Por lo que se refiere al sello PEFC, se comprueban criterios como el mantenimiento o la mejora de la salud del ecosistema forestal, de la función protectora relacionada con el suelo y con el agua, de la biodiversidad o de la función productiva. En cuanto a FSC, se analizan cuestiones como los aprovechamientos, las condiciones de seguridad y de salud de los trabajadores o los impactos de la gestión.

riesgo

Un terreno puede perder ese reconocimiento. Los montes certificados son evaluados para comprobar que mantienen las condiciones por las que lograron ese sello. Si en un monte que tiene la acreditación concedida por PEFC se observan, por ejemplo, cambios en la planificación, se elabora un informe y se avisa al dueño para que efectúe correcciones. Si no las subsana, el monte puede perder esa condición.

IMPULSO en galicia

Fomento de la gestión sostenible. La Asociación Forestal de Galicia tiene una empresa (Selga), que hace años creó el Grupo Selga Xestión Forestal Sostible. El nombre indica claramente el propósito de fomentar una gestión forestal sostenible, procurando que el proceso de certificación resulte viable al propietario forestal. Si un propietario quiere participar en el programa de certificación de Selga, debe pagar una cuota. Si, por ejemplo, tiene 10 hectáreas de monte, abona 50 euros al adherirse, y cuando vende madera, debe entregar 0,20 euros por tonelada.

extensión

Amplia superficie certificada en Galicia. Dentro del sello PEFC, en Galicia está prácticamente la sexta parte de la superficie certificada en España (439.263 hectáreas de un total de 2,7 millones en toda España). La provincia gallega con más superficie certificada es Ourense (148.691 hectáreas). Luego aparecen Lugo (134.134), A Coruña (90.951) y Pontevedra (65.495).

En cuanto al sello FSC, la superficie total en Galicia es de 216.619 hectáreas, sin precisar la distribución por provincias.

beneficio

Mayor precio de la madera al venderla. Antonio Rigueiro, presidente de la Asociación Forestal de Galicia, explica que una tonelada de eucalipto procedente de un monte certificado puede tener un aumento de precio de dos o tres euros, y una de pino, 1,50 euros. Una hectárea de eucalipto puede dar en diez años, si el terreno es bueno, unas 200 toneladas, por lo que el aumento de precio puede llegar a 600 euros.

Si se planta pino y la madera se vende para serrar, el precio puede ser similar, y el aumento del valor para el dueño del terreno, también.

repercusión

Nueva mentalidad en la sociedad. Además de dar mayores ingresos al propietario, en la certificación forestal hay un factor que va más allá de lo económico. Por un lado, en los consumidores, dice Rigueiro, se observa un creciente interés por el origen de la madera, y la certificada refleja una preocupación del dueño que no es solo la búsqueda de más rentabilidad. Por otro, hay propietarios que también buscan para sus terrenos un sello de calidad por el orgullo de poder mostrar sus buenas prácticas.

Por otro lado, un dato relacionado con Selga indica con claridad el interés que la posibilidad de certificar un monte despierta en Galicia: hay 27 empresas que auditan montes en la comunidad solo para ese grupo, lo que supone, según Regueiro, un número muy superior al de otras comunidades.

dificultad

El minifundio, un escollo. El interés por una mejor gestión forestal contrasta con la escasa superficie media de los montes . Citando datos del 2022, Rigueiro recuerda que se tramitaron 59.000 expedientes de corta con una superficie media de menos de una hectárea (0,75) por monte. Como medida que puede ayudar a paliar esa situación, el presidente de la Asociación Forestal de Galicia cita las ayudas que aprobó la Xunta para propietarios que decidan compartir la gestión de sus montes. En años pasados se impulsaron medidas como el apoyo a la creación de sociedades de gestión (sofores) y de unidades de gestión (uxfores), sin lograrse los resultados esperados.