La estradense capaz de mover mares

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

cedida

Priscilla Amorim triunfa en la costa con clases de Aqua Zumba con las que llena piscinas, esculpe cuerpos y siembra la buena honda

21 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años que el Zumba ha tomado los gimnasios y, en su versión más fresca, las piscinas. La estradense de origen brasileño Priscilla Amorim Botelho es una de las instructoras que han contribuido a su difusión en Galicia. En A Estrada, ha enganchado a personas de todas las edades y en sus doce años de trayectoria ha formado una legión de adictos que le han permitido cumplir su sueño de vivir del baile. Hoy, la demanda sigue creciendo, pero Priscilla no puede formar más grupos porque su horario no da para más. «Como no los programe a las tres de la mañana...», dice riendo.

En verano, además de Zumba, Priscilla imparte también clases de Aqua Zumba en la costa gallega. Los pasos de la música latina se combinan con los beneficios de los ejercicios acuáticos: mejorar el acondicionamiento físico y el sistema cardiovascular, tonificar el cuerpo, quemar calorías y mejorar el estado de ánimo. No se puede pedir más.

Priscilla trabaja fines de semana y festivos en el Hotel Cámping Arco Iris y el Cámping Paisaxe de Vilanova, regalándoles un subidón de energía a todos los clientes. A los que se meten en la piscina y a los que prefieren mirar desde la barrera. «La piscina está siempre llena, pero el bar también. La gente se divierte un montón incluso desde fuera», explica.

«El Aqua Zumba es parecido al Zumba, aunque con algunos movimientos distintos en la parte inferior del cuerpo porque el agua ofrece resistencia e impide hacer algunos pasos. Girar, por ejemplo, es casi imposible», explica Priscilla. «Se hace más ejercicio por la resistencia del agua, pero al estar fresco se nota menos. Son cuarenta minutos y la gente acaba muerta de bailar, gritar, pasarlo bien... Es muy divertido», cuenta. «A mí me gusta mucho hacer movimientos lanzando agua. A la gente le encanta salpicar, mojarse y mojarme a mí. Yo acabo siempre empapada como si saliera de la ducha», comenta la instructora.

Más de una vez los seguidores locales de Priscilla le han sugerido que imparta clases en A Estrada. «Lo intenté una vez, pero no es posible. Para esta disciplina se necesita una piscina que cubra poco. En A Estrada la parte más baja es de 1,60 metros y es demasiado», lamenta.

«Yo también me canso, pero mi trabajo es darlo todo en cada clase»

Priscilla imparte seis o siete horas de clase de Zumba al día en el área de A Estrada, Santiago o Boqueixón. En verano también es instructora de Aqua Zumba. Y lo compagina todo con los contratos puntuales como auxiliar de enfermería del Sergas.

«Consigo apañarme bastante bien haciendo cambios y, si no es posible, mando a otra persona o recupero la clase otro día. Nunca se pierde clase», cuenta. Crea una coreografía nueva cada semana y, por si fuera poco, lo compagina todo con la crianza de dos niñas de 8 y 12 años.

Muchos le preguntan a Priscilla si es incombustible. «Yo a veces también me canso, como todo el mundo, pero en mi caso no se puede notar. Tengo que darlo todo en cada clase. Tengo que motivar a la gente para que se mueva, cante, baile y se divierta. Me pagan para animar y para dar alegría, así que mi obligación es tener siempre una sonrisa», explica Priscilla.