El nuevo técnico del CD Lalín, Guillermo Alonso «Willy», quiere trasladar sus valores de exigencia y trabajo
03 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Dicen que la vida resulta cíclica y puede aplicarse sin duda con la incorporación de Guillermo Alonso Salinas Willy (Buenos Aires, 1975) como nuevo entrenador del CD Lalín. Una afirmación que parte de la base de que sus comienzos como técnico precisamente están en la Escola Fútbol Lalín, ahora desgajada del club. Un regreso a casa tras una dilatada trayectoria que le llevó al Torpedo Armavir como entrenador asistente con Valery Karpin, para después saltar al Middlesbrough inglés como analista de partidos y ejercer de analista jefe varias temporadas en el Leeds. Su anterior experiencia profesional la vivió en el Real Club Celta, pero se desvinculó al finalizar la pasada temporada al no alcanzar un acuerdo económico.
Willy era presentado ayer a la plantilla rojinegra y dirigía su primer entrenamiento. Horas antes reconocía que todo fue rápido para llegar a un acuerdo con el club, apuntando que tras nueve años en el extranjero «que son de mucho desgaste y afincado en Lalín desde hace un año, quería seguir con los míos, en familia, y las ofertas que llegaban eran para salir fuera». Además la oferta del CD Lalín le pareció interesante y un reto diferente en su ya dilatada carrera.
Su anterior destino en el Real Club Celta comenzó colaborando en el mercado de invierno de la temporada 2023-2024 al conocer a Marcos Garcés, el director deportivo. Echó una mano como analista y en scouting para después ampliar sus competencias con vistas a crear un departamento de análisis en la entidad celeste, así como ayudar a la dirección deportiva y como analista del filial. Pero no hubo renovación al concluir la campaña 2023-2024 y en la actualidad no estaba vinculado a ningún club.
Durante lo que llevamos de temporada acudió a varios partidos del CD Lalín como espectador, cuando no había coincidencia con los de su hijo, que juega en Santiago. «En el club y en la plantilla conozco a bastante gente y cuando decidieron un cambio me resultó fácil decidirme a pesar de que cambio del mundo profesional a un fútbol distinto», incidía. Pero Willy quiere aplicar esos principios y esa idea en el seno rojinegro, con el trabajo como bandera «porque eso fue lo que me permitió llegar arriba; la exigencia, la disciplina son valores que quiero aplicar a la plantilla salvando esa distancia al ser fútbol no profesional».
Reconoce Willy que la directiva busca un revulsivo a corto plazo con su recambio por Toño González en el banquillo. «El objetivo que tengo marcado pasa por meterse en la fase de ascenso a Tercera sí o sí», apuntaba. Entiende que hay esa exigencia que obliga a trabajar con pautas para el corto plazo, aunque la filosofía habitual en clubes sin fichajes de mucho coste económico pasa por crear jugadores desde abajo.
«Quieren resultados y toca no especular con nada, optar por una línea de trabajo, de responsabilidad y exigencia para todos y dar el máximo, porque creo además que un futbolista que se esfuerza para rendir al 100 % después resulta muy bonito cuando ese trabajo queda reflejado y se consiguen resultados gratificantes, primero para ellos mismos y después para directiva y afición», remarcaba el técnico rojinegro. Respecto a su nueva plantilla, hizo una valoración positiva y aludió a la presencia de futbolistas jóvenes, con virtudes distintas en lo físico, técnico o táctico.
Willy resaltó que en Lalín siempre hubo jugadores de nivel, «pero yo busco lograr de ellos un poco más, optimizar a cada uno». Recordó su trayectoria como analista y de scouting en las dos primeras divisiones de la liga inglesa, que le permitió descubrir futbolistas fichados por clubes de primer nivel. «Quiero compartir con la plantilla desde conocimientos a experiencias, para que mejoren en lo individual, que lo colectivo viene después de la mano», recalcó.
Fijar una estructura de trabajo donde todos cumplan las directrices, donde cada uno busque dar el 100 % para ganarse un puesto, supondrá un salto de competitividad para traer aparejados buenos resultados. Una metodología donde cuenta gestionar bien desde la cantera.