
Alumnos del primer curso del BUP, en A Estrada, se reencontraron 25 años después
24 sep 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Los guateques de los años sesenta y principios de los setenta acababan casi con las campanadas de la media noche, o poco después. Ahora, la movida juvenil de las noches no se agota hasta que el cielo deja de estar negro. Pero el sábado y en A Estrada, un recuperado guateque, con asistentes de aquella época, se prolongó hasta que las churrerías empezaron a abrir, coincidiendo en las mismas algún padre con algún hijo, cada uno procedente de su diversión. El suceso tuvo lugar porque casi un centenar de cuarentones -a algunos no les gusta esta calificación, quizá porque acaban de superar los 39- decidieron procurarse una fiesta especial para celebrar el 25 aniversario de su ingreso en el instituto de A Estrada en el primer curso del que entonces era el nuevo BUP. Hubo algún reencuentro emocionante, muchas cosas que contar y ganas de prolongar al máximo la fiesta, mitad guateque mitad encuentro de confraternidad. A algunos no les costó reconocer a antiguos compañeros de aulas a los que hacía tiempo no veían; pero otros muchos ya mantienen lazos de amistad y vecindad. En cualquier caso, a las seis de la mañana sólo media docena de asistentes se habían rendido. No faltaron a la cita algunos profesores. Sonó en el tocadisco mucha música de principios de los setenta, pero también hubo pasión por participar en un karaoke. Se cantó el Libertad sin ira y Un beso y una flor, lemas o himnos de aquella época. Algunos tocaron la guitarra y se hicieron acompañar recordando canciones de esos años. Antes de la fiesta hubo cena, y también la plantación de un árbol en los jardines en recuerdo a los compañeros que ya no viven. En este último acto se leyeron poemas de uno de los fallecidos.