Profesores nativos fortalecen la enseñanza del inglés en los centros de las comarcas

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN, A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

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Doce colegios e institutos disponen de auxiliares de conversación en diferentes cursos

12 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La enseñanza de idiomas tiene cada vez más importancia en los diferentes niveles de enseñanza. Dentro de ellos, el aprendizaje del inglés, se ha ido potenciando cada vez más año tras año empezando en edades muy tempranas con el objetivo de que los alumnos acaben sus estudios con altas competencias en este idioma.

La Consellería de Educación cifra este curso en doce, el número de auxiliares de conversación que trabajan en los colegios e institutos de los diferentes concellos de Deza junto con los de A Estrada y Forcarei, en Tabeirós-Terra de Montes. Una cifra a los que se añaden tres en centros de Cerdedo-Cotobade, uno de ellos en el colegio Juan Bautista de Cerdedo y los otros dos en los de Carballedo y Tenorio, en la parte de Cotobade. En estos tres casos se trata de docentes de nacionalidad filipina.

Por lo que respecta a los doce de Deza y Tabeirós, son ocho de nacionalidad estadounidense y cuatro filipinos. La labor de estos auxiliares de conversación, que tienen el inglés como lengua materna, es reforzar el conocimiento de este idioma entre los estudiantes de diferentes niveles de enseñanza y las secciones bilingües de los centros. Hay quien lleva varios cursos y para otros este es su primer año en Galicia después de graduarse en sus países de origen.

En el colegio de Rodeiro está Kayla, natural de Alaska, que residen en Chantada, desde donde se desplaza con la profesora de inglés del centro. Trabaja con los estudiantes de Secundaria y alguno de Primaria en las asignaturas de inglés y de Educación Física, que se imparte en inglés. En el instituto Marco do Camballón de Vila de Cruces, Victoria, natural de Georgia, en Estados Unidos, es una más después de tres años en el centro dezano. Comentan sus compañeros que «xa é medio galega e está moi integrada». Cuentan también con auxiliares de conversación estadounidenses los colegios de Agolada, de Vila de Cruces, el Pérez Viondi y el Vilar Paramá de A Estrada y los institutos Pintor Colmeiro de Silleda y el Antón Losada de A Estrada. A estos se añaden los colegios estradenses de Figueroa y Oca, el Varela Buxán de Cercio en Lalín y el colegio de Silleda, que cuentan con auxiliares de conversación de nacionalidad filipina,.

«Hay muy buenos profesores, todos son muy amables y los estudiantes tienen muchas ganas de aprender»

Katriese DeLeon estudió Filología en Ohio, en el Medio Oeste, y con 22 años se vino a Galicia como auxiliar de conversación del IES Antón Losada de A Estrada. Explica que «estoy disfrutando mucho. Santiago, me encanta, que es donde vivo, pero también poder experimentar cómo es la vida en un sitio más pequeño como A Estrada». Una de las cosas que más valora es «que se puede caminar por cualquier parte».

Los horarios de España sí que le cuestan más «como eso de cenar a las 22.00», lo mismo que salir hasta muy avanzada la madrugada. «Yo duermo mucho y es muy difícil aguantar hasta las dos o las tres», dice. Su horario de cena es «a las 19.00 horas». Pero el lado bueno es, apunta, «que siempre hay gente en la calle a cualquier hora y eso me hace sentirme muy segura». Otra de las cosas que valora es «el sistema de transporte público» que le permite desplazarse con facilidad desde Santiago y ya visitó a compañeros del mismo programa que se encuentran en Vigo, a Coruña y Lugo, aprovechando para ver estas ciudades e ir conociendo Galicia.

En breve recibirá la visita de sus padres y confiesa que «me hace mucha ilusión enseñarles Santiago» y piensa también en viajar a las islas Canarias en Carnaval. Quiere aprovechar este año para conmover más España. Lo que más echa de menos es «el sentimiento de estar en casa, pero vale la pena». Este verano regresará y le gustaría trabajar en una universidad o como logopeda con niños. En el Antón Losada, comenta, «hay muy buenos profesores y los alumnos siempre están mejorando y progresando. Todos tienen muchas ganas de aprenden, son muy amables y están muy motivados». Asegura que «me tratan muy bien» y defiende que «lo peor es una clase callada».

A igual que a Nicole, a la que le une una amistad, una de las cosas que más le cuesta es «acostumbrarme a la lluvia». Para Nicole tampoco fue fácil andar con el paraguas y contaba que «no me imaginé que podía llover todos los días y tanto». En cuanto a la gastronomía, explica que, «ya comí raxo y el cocido lo probaría, pero soy alérgica al marisco, así que no me atreví tampoco con el pulpo por si acaso».

 

Nicole Eiland es de Colorado pero se graduó en Tennessee, donde cursó sus estudios. En quince días cumplirá 23 años. Tras graduarse, al igual que le pasó a otras de sus compañeras, le surgió la oportunidad de vivir esta experiencia como auxiliar de conversación en Galicia y se vino a España. Su destino es el instituto Pintor Colmeiro de Silleda y solo tiene palabras de cariño para sus compañeros explicando que «me siento muy arropada por ellos» y también por los miembros de la iglesia evangélica a la que acude. Explica que «estudié un poco de español y quería venir para aprender más y practicar».

De sus alumnos, dice, «me sorprendió lo sociables que son, a veces en la clase hay mucho ruido, pero están muy motivados y el tiempo que paso con ellos es muy divertido y ameno». Da clases a estudiantes de todos los cursos de la ESO, en primero de Bachillerato y a una clase de Formación Profesional, lo que hace también que los niveles de conocimiento de inglés de los alumnos sean un poco diferente según el curso. Pese a que «aún les quedan cursos y tiempo para aprender más y mejorar», asegura que «la educación en España es mejor que en Estados Unidos y, en general, tienen mejor nivel en el conocimiento en idiomas que los de su misma edad allí».

De Galicia le gusta especialmente lo sociable que es la gente, «la cultura de las tapas y probar cosas con los amigos». En cuanto a la gastronomía gallega, cuenta que, «las comidas son súper diferentes. No se encuentra mucho marisco en Colorado y aquí probé ya distintos tipos y unos me gustaron y otros no».

Confiesa que lo que aún no se atrevió a probar fue el pulpo «porque me asusta un poco su aspecto». Otros alimentos básicos como «el pan y el queso son mejores aquí», afirma.

De momento, estará en el Colmeiro hasta que acabe el curso en el mes de junio aunque ya está reconsiderando quedarse más tiempo. Forma parte del programa Fulbright que cuenta con 500 becados en toda España. Nicole reside en Santiago de Compostela con «otra becaria americana de mi programa, una auxiliar que es de Austria y enseña alemán en Santiago y una chica española que estudia en la Universidad». En casa, explica, «todos hablan español e inglés y nos entendemos en una mezcla de los dos».

De Galicia ya conoce A Coruña, Santiago, Ferrol y Vigo y ya visitó Andalucía, y Barcelona. y algo de Europa. Ahora plantea viajar a Madrid y Valencia y seguir conociendo Europa, aprovechando la oportunidad de desplazarse desde España, «porque están cerca y las distancias son pequeñas no como en Estados Unidos», alega. Hace unos meses, comenta, «fui a la playa de As Catedrais y fue increíble» y de cara al verano le gustaría ir a las islas Cíes.