El estradense que se hizo físico por el Sputnik y ayuda a explorar planetas

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

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El físico Juan Ramón Sanmartín también investigó el vuelo del botafumeiro

22 mar 2023 . Actualizado a las 00:01 h.

Cuando Juan Ramón Sanmartín Losada (A Estrada, 1941) era un crío ni de lejos se imaginaba ni como físico ni como ingeniero aeronáutico. Se veía más bien como hombre de letras. Quizás como su padre, que fue un reputado abogado estradense, o como su abuelo materno, que fue notario en el municipio y hermano del galeguista Antón Losada Diéguez.

Juan Ramón era el octavo de nueve hermanos. Sus padres, Bernardino Sanmartín y Joaquina Losada, procedían de dos familias acomodadas de la villa. Juan Ramón, que era muy buen estudiante, cursó los estudios básicos y el bachillerato de letras en A Estrada y luego se mudó al apartamento que su abuela materna tenía en la compostelana Praza da Quintana para hacer el curso preuniversitario, en el que dio un giro hacia las ciencias que acabó marcando su vida. «Pasé de letras a ciencias por el Sputnik. Hice el bachillerato de letras, pero en 1957 me enteré del lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial de la historia, y decidí cambiar de rumbo. Por mi cuenta ya estaba leyendo libros sobre ciencia que había en mi casa, pero la noticia del Sputnik me impactó y tomé la decisión repentina de estudiar ciencias», explicaba el físico este martes desde su casa de Madrid.

Así fue como Juan Ramón Sanmartín, que también tenía dotes como retratista y que en su juventud llegó a ganar algún concurso literario, reorientó su carrera hacia la física. Quizás también hubiera sido un buen hombre de letras, pero a juzgar por sus méritos en el campo de la ciencia, el cambio valió la pena.

Juan Ramón Sanmartín será nombrado este miércoles académico de la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC), junto con el matemático Francisco Marcellán y el economista Jorge Martínez. El estradense, que ingresará en la RAGC en un acto que se celebrará en el Pazo de San Roque, tiene entre sus méritos el de haber introducido el concepto bare tether en la tecnología emergente de amarras espaciales, unos mecanismos que podrían contribuir en el futuro a la eliminación de la basura espacial y a la exploración de los grandes planetas del sistema solar. La Agencia Espacial Europea le aprobó en 1993 un experimento de demostración con Alcatel Space para los Columbus Precursor Flights. Tras este proyecto, el estradense lideró otras investigaciones para la NASA y para la propia Agencia Espacial Europea.

Juan Ramón Sanmartín es doctor en Ingeniería Aeronáutica por la Universidad Politécnica de Madrid, licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense y doctor en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad de Colorado, en la que fue científico visitante. Fue investigador asociado en la Universidad de Princeton y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde también fue profesor visitante. Su carrera no termina ahí. El estradense fue además científico visitante en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano de Harvard. Trabajó como ingeniero en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial y fue profesor en la Escola Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid, donde fue catedrático de Física y desde el 2011 profesor emérito. También fue miembro del jurado de los premios Príncipe de Asturias de Ciencias.

El vuelo del botafumeiro

En relación con Galicia, destacan sus trabajos sobre el movimiento del botafumeiro de la catedral de Santiago. Juan Ramón Sanmartín resolvió en 1984 las ecuaciones de su movimiento y estudió las características generales del vuelo de este ingenio que llega a alcanzar una velocidad de 68 kilómetros por hora con un ángulo máximo de 82 grados. Por mucho que los tiraboleiros tiren, el vuelo está calculado para que el botafumeiro nunca pueda tocar el techo.

En la actualidad, el estradense tiene 82 años, está afincado en Madrid y regresa de vacaciones a A Estrada siempre que puede.