
La ilustradora y diseñadora gráfica estradense tiene el don de trazar líneas que parecen versos
12 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando Rosa Herraiz Cabanas (A Estrada, 1976) coge el lápiz, de su mano brota la poesía. No en forma de rimas, sino en forma de líneas, que puede que tenga más mérito todavía. La estradense, que estudió Arquitectura, se inició en el diseño gráfico en el cambio de milenio y fue fue madurando hasta encontrar un estilo propio muy reconocible y capaz al mismo tiempo de sorprender en cada nueva obra.
Rosa Herraiz firma sus trabajos como Rosa de Cabanas o, a veces, simplemente como De Cabanas. Cabanas es su segundo apellido, pero es además una referencia clara a su esencia rural, algo de lo que la artista se siente profundamente orgullosa y que es una constante en su obra. La casa familiar de Rosa en Ouzande (A Estrada) se conoce como la Casa de Cabanas. Ouzande sigue siendo además el lugar de residencia de la autora.
El coqueteo de Rosa con el diseño gráfico empezó precisamente en su parroquia, de la mano del colectivo cultural A Fervenza. Ella diseñó el logotipo de la asociación, maquetó su revista y creó decenas de carteles y varias remesas de camisetas para los distintos festivales y actividades de A Fervenza. Nunca un colectivo tan modesto tuvo semejante nivel de imagen corporativa. Rosa Herraiz fue un puntazo para A Fervenza y la asociación lo fue para ella, ya que le permitió sacar brillo a una habilidad inexplorada y empezar a considerarla como una opción profesional.
«Daquela aínda estaba rematando Arquitectura e vin outras posibilidades a partir de ferramentas que me daba a carreira», explica la artista.
En la actualidad, el diseño gráfico y la ilustración representan una parte muy importante del trabajo de Rosa, que sigue firmando proyectos en el campo de la arquitectura y del interiorismo. «A arquitectura da unha base de coñecementos moi ampla e proporciona ferramentas para moverse en distintos mundos. Eu, ao principio, tiña a sensación de que ía acabar deixando a arquitectura e dedicándome só ao deseño e á ilustración. Tiña a sensación de que facía de todo pero non era especialista en nada. Pero co tempo dinme contade que eu necesito facer de todo e de que unhas cousas levan ás outras. Reconcilieime comigo mesma. Penso que esta é a miña maneira», explica.
Rosa, que es más conocida por su trabajo gráfico, ha diseñado con acierto la reforma de la cafetería del IES Antón Losada de A Estrada y ha dado vida también a varios proyectos de viviendas. «Son facetas moi distintas. A arquitectura alóngase moito no tempo e nela interveñen máis axentes», cuenta. Por eso, en los campos del diseño gráfico y de la ilustración suele sentirse más libre. «Aí o habitual é ter liberdade para traballar», constata.
Estilo propio
Cuando uno ve un cartel o una ilustración de Rosa de Cabanas es fácil reconocer la autoría. Su estilo es minimalista, con el dibujo siempre como protagonista, con pocos trazos pero muy expresivos complementados a veces con el uso de colores planos.
«O que busco é aportar moito significado con poucos elementos, unha especie de poesía visual con significados máis alá do que se ve», explica la artista.
«Para min o deseño gráfico é sobre todo debuxo. Leva tratamento dixital, pero o debuxo está na base de todo. Encántame xogar coas imaxes e os significados. Desfruto moito cada traballo novo. Cando volvo traballar sobre algo que xa fixen antes cústame máis. Renovar é complicado e sempre teño medo a repetirme. Teño que buscar en min e no meu entorno ata atopar a idea. O que me sorprende é que ao final sempre consigo facer cousas novas. E iso é moi motivador», comenta.
Con esta filosofía y con su sensibilidad especial, Rosa ha hecho cartelería, folletos, banderolas, diseño editorial de cubiertas, paneles para rutas turísticas, cuadernos didácticos y hasta un juego sobre toponimia. Ha trabajado para concellos como el de A Estrada, el de Vedra o el de Pontevedra, para el servicio de publicaciones de la Universidade da Coruña, para empresas o para asociaciones culturales.
La artista cree que el diseño va ganando presencia, aunque en muchos casos sigue costando entender todo el trabajo que hay detrás de una buena ilustración. «Non se poden cobrar todas as horas que lle dedicas. A xente non cuestiona o que cobra un fontaneiro, por poñer un exemplo, pero isto si», comenta.
En estado puro
Desde hace unos años, Rosa de Cabanas ha encontrado además el tiempo y la motivación para compaginar los encargos con la creación de series propias de obras en las que experimenta con distintas técnicas y da rienda suelta a sus inquietudes y sentimientos. Habla de la mujer, del mundo rural y de la relación con la naturaleza.
La primera fue Mulleres valentes, en la que la artista hace justicia retratando a mujeres que merecen ser recordadas y que apenas tienen mención en alguna publicación perdida. En la segunda, Mulleres imaxinadas, pone rostro a doce mujeres que nunca fueron fotografiadas, como María Pita —inspirada en una miliciana de la Guerra Civil— o Pepa a Loba —inspirada en una guerrillera que luchó con el Che—. Su tercera serie, Térrea, aborda la relación del ser humano con la naturaleza, percibida por la autora a veces de forma apocalíptica y otras esperanzadora. La última, que acaba de iniciar, lleva por título Compañeiras y profundiza en las relaciones de complicidad y apoyo mutuo entre las mujeres a lo largo de la historia.