
Marisol Picallo creó una salsa de churrasco para sus tapas que por petición popular tuvo que acabar poniendo a la venta como Ouro Celta
09 oct 2023 . Actualizado a las 12:15 h.Casi todos los bares esconden algún secreto que los hace especiales para su clientela. Los del bar Scala de A Estrada son su escondida terraza trasera y su salsa de churrasco. Por más que uno se esmere en intentar sonsacarle la recete a sus dueños, no conseguirá otra cosa que perder el tiempo.
La autora de la fórmula es la hostelera Marisol Picallo Señarís, que lleva media vida en un negocio familiar en el que el churrasco se ha convertido en seña de identidad. «Hace más de diez años que empezamos a poner churrasco de tapa y funcionó muy bien desde el primer momento. Ahora todo el mundo sabe que los viernes por la tarde lo hay y mucha gente viene a propósito por eso», explica.
Con la instauración del churrasco como tapa —que también se vende para llevar, solo o con patatas—, comenzó la historia de la salsa. Todo salió de la cabeza de Marisol Picallo. «La receta me la inventé yo. Al principio fue variando un poco hasta dar con la fórmula que más me gustó», explica. Lo que no cuenta Marisol por más que la expriman es la receta de su salsa. «Lleva aceite, vino y especias», dice. Eso es todo lo que la hostelera se presta a confesar. Tampoco quiere dar pistas sobre su sabor. «No es ni muy picante ni muy dulce. Lo mejor que le puedo decir a la gente es que la prueben», indica. Y advierte: «El que la prueba, repite».
Cuando el Scala empezó a fidelizar clientela a base de tapas de churrasco comenzó el peregrinaje a la barra en busca de la receta de la salsa. «Mucha gente nos pedía la receta. Yo nunca quise darla, pero a veces le regalaba un botecito a algún cliente que tenía algún evento», cuenta. Así fue como surgió la idea de empezar a comercializar el elixir.
Y en esa segunda parte tuvo mucho que ver Adrián Iglesias Picallo, el hijo de Marisol. Él se encargó de todos los aspectos del envasado, comercialización y márketing. Adrián le puso nombre a la salsa e ideó el logotipo al que luego dio forma una empresa especializada.
Vendiendo calidad y origen
«Estiven seis meses dándolle voltas ao nome e ao logo. Mentres ía correr, ía pensando no asunto», confiesa. El resultado fue el nombre Ouro Celta y un logotipo en blanco y azul celeste que alude a la bandera gallega. «O de ‘ouro’ fai referencia a un produto de categoría, que ademais se presenta nun envase de cristal reutilizable. É un produto de calidade. O celeste fai referencia á orixe. En principio a idea era vender o produto tamén fóra de Galicia, resaltando a súa orixe galega», cuenta Adrián Iglesias.
Emprender antes de los 30
El estradense se había marcado como reto personal «crear algo» antes de los 30 años. Lo consiguió, pero le faltó tiempo y dinero para lanzar el producto hasta donde le hubiese gustado.
La salsa Ouro Celta solo se puede comprar por el momento en el bar Scala, ya que para comercializarla en otras tiendas o por Internet sería preciso asumir reformas en el establecimiento para cumplir con todos los requisitos exigidos. Adrián Iglesias, que ahora trabaja en el sector farmacéutico, no ha encontrado tiempo todavía para darle el empujón que le falta a la salsa Ouro Celta. Sin embargo, no ha dejado el proyecto de lado y confía en poder retomarlo y relanzarlo cuando sus actuales ocupaciones le dejen más tiempo.
Por el momento, la salsa Ouro Celta se podrá seguir comprando en el bar Scala, en frascos de cristal de 275 gramos que cuestan 5,95 euros y «rinden bastante».
La salsa no es solo para churrasco. Según explica su creadora, se toma siempre a temperatura ambiente y está muy rica también con el pollo, las patatas al horno o los filetes a la plancha. «En las patatas está de muerte», aconseja orgullosa Marisol Picallo.