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Peroja: el lagar que resurgió con la Feira da Sidra y embotella 5.000 litros al año

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

Comercializa también mosto y vinagre y se mantiene fiel a la elaboración tradicional

31 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La Feira da Sidra de A Estrada no solo es un evento consolidado que ha convertido al municipio en capital gallega de la sidra, sino también el motor que tira por los productores locales que luchan por introducir la sidra en bares y casas. Uno de esos productores es Víctor Peroja. Su familia lleva toda la vida elaborando sidra en la casa de Agar que aún conserva el lagar tradicional. Fue una de las que a finales de los años 90 apostó por las nuevas plantaciones ordenadas de manzanos y hoy tiene en producción casi ocho hectáreas de las variedades Rabiosa de Callobre, Ollomouro o Sangre de Toro. La Feira da Sidra marcó un punto de inflexión en el lagar. Hasta entonces de producía para consumo propio y para repartir con familiares o amigos que se acercaban al lagar. Desde entonces, la bebida empezó a embotellarse con la marca Peroja, cumpliendo con los requisitos de los productos ecológicos y consiguiendo también el sello de Artesanía Alimentaria de Galicia.

En la actualidad, el lagar produce al año 5.000 litros de sidra natural —sin azúcares añadidos—, 2.000 litros de mosto de manzana y 1.500 litros de vinagre de manzana.

«Todo se sigue haciendo como se hizo siempre, conforme a los métodos tradicionales, como lo hacían nuestros abuelos», explica Víctor Peroja. «La única diferencia es que antes no se embotellaba y se acababa estropeando la mitad del barril», matiza.

Peroja vende su producto en las tiendas de proximidad de A Estrada y alrededores. Su sidra se sirve también en algunos bares locales. «Por Internet lo intentamos pero no compensa. Tienes que pagar más de portes de lo que cuesta el producto», dice. Su sidra, su mosto y su vinagre también se pueden adquirir en el propio lagar, que además organiza visitas a los pomares en la época de floración y degustaciones de los productos derivados de la manzana.

«La sidra va ganando terreno, pero aún está lejos de equipararse a la cerveza o al vino. Todavía no hemos conseguido ese consumo diario. Hay que seguir trabajando. La Feira da Sidra es un gran escaparate. Es una fiesta diurna, como las que se hacían antes de que nos impusieran el ‘saturday night’. Es una fiesta de pandillas, de socializar, de buen rollo y por eso gusta tanto», explica Víctor Peroja.