Clases de música en baños, pasillos y a la intemperie para los niños de Agolada

Agolada, como muchos otros concellos de Deza, es uno de esos sitios donde se respira música y los músicos son legión. Tanto es así que cada curso apenas quedan niños que no se decanten por algún instrumento y no se formen en la escuela de la localidad. Fruto del intenso trabajo de la escuela y sus integrantes el crecimiento ha sido continúo en los últimos años y este curso cuentan con más de 120 alumnos. Algo que, apuntan desde la Asociación de Amigos da Banda de Música Municipal de Agolada, debería ser un orgullo pero en cambio, apuntan, se encuentran con continuos desaires desde el gobierno local. La lista es larga y en esta está «a nula aportación ao mantenemento das instalacións, a retirada do servizo de Internet na escola ou a redución de 11.000 euros na subvención anual que percibiamos dende fai moitos anos» y que pasó de 16.000 euros a 5.000 euros.

Ya en julio, señalan, se les prohibió el uso de las aulas de la escuela taller situada en el edificio anexo a la escuela de música, que se ubica en la llamada casa amarilla. Las aulas venían siendo utilizadas por la escuela en los últimos 8 años para dar clases los días que no les llegaban las de la escuela. El cierre del inmueble, que apuntan sigue vacío y no está teniendo uso por parte del Concello, aboca a los alumnos de la escuela a aprovechar todos los rincones para dar clase.

Eso hace que desde el inicio de curso, los estudiantes acaben con las partituras, los atriles, los instrumentos y las sillas en los pasillos, haciendo malabares para disponer de sitio en el interior de los baños o incluso a la intemperie en una improvisada carpa pequeña que ya no podrán utilizar ahora que llega el frío y la lluvia.

Desde la asociación se quejan de que se les impida el uso de la escuela taller cuyas instalaciones no está utilizando nadie y creen que «aínda que nalgún momento puidese chegar a haber un obradoiro, as horas de utilización do espazo non coincidirían» porque solo las usarían los viernes por la tarde y los sábados por la mañana, un horario en el que no se imparte clases en los obradoiros. El colectivo lleva dos meses insistiendo en el Concello y «o único que nos dan día tras día son largas dicindo que están mirando».

La única alternativa que les llegaron a dar es que pidieran la Casa da Cultura o el local de la tercera edad, ambos en el centro del pueblo y a bastante distancia del polígono, donde está la escuela lo que obligaría a los padres _si tienen coche y disponibilidad_ a estar pendientes de los alumnos y desplazarse continuamente de un lado a otro para las clases de las diferentes asignaturas, algo que no parece viable.

Califican el comportamiento del Concello de «indignante e vergonzoso» y creen que el gobierno local se ríe de los más de 120 niños, músicos y familias.

Llamada a la colaboración

Tras el enorme recorte de la subvención, la agrupación solicitó ya por registro once veces una reunión con los responsables municipales que fueron ignoradas y ahora, apuntan, les dijeron que estaban metiendo constantemente peticiones «para unha reunión fora de lugar e que en xaneiro falaríamos da subvención do ano que ven, querendo pretender dar por perdidos eses 11.000 euros que son fundamentais para nós».

Una ayuda imprescindible para mantener el funcionamiento de la escuela de música y afrontar el pago a los profesores.

Dada la falta de fondos, la asociación de Amigos de la Banda hace un llamamiento a la colaboración de cualquier entidad pública como privada, instituciones o personas, que quiera ayudar a la agrupación a seguir realizando su actividad. Señalan que, hasta ahora, y para evitar críticas políticas, no hicieron públicas las ayudas que tuvieron desde diferentes organismos.

Visto que no sirvió para nada, anuncian que harán públicas, a través de las redes sociales y los medios de comunicación , todas las colaboraciones y aportaciones que les ayuden y supongan un ingreso extra.

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