Dos fueron hallados por niños de la zona y los 18 restantes por Capitán Gosende, un «comando de montaña» que se echó al monte en el 2012
01 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Cerdedo es potencia en arte rupestre. Sus montes esconden decenas de inscripciones que en los últimos años han ido saliendo a la luz. La fortuna y la incansable acción de la asociación Capitán Gosende son los dos elementos principales que están haciendo posibles los descubrimientos.
En Cerdedo existían ya una decena de petroglifos catalogados, aunque ni están señalizados ni son de fácil acceso. A este grupo se han ido sumando nuevos descubrimientos hasta alcanzar la treintena de inscripciones rupestres. De los grabados sin catalogar, dos fueron descubiertos fortuitamente por los niños de la zona. Son los conocidos como Alto do Monte I y II, en Deán, en Figueiroa. Los 18 restantes son hallazgos de Capitán Gosende, un colectivo sin ánimo de lucro que el 1 de abril del 2012 se echó al monte y se erigió en defensor del medio natural y el patrimonio de Cerdedo. La asociación está integrada por historiadores, geógrafos, restauradores, filólogos o licenciados en Bellas Artes. Les gusta definirse como «comando de montaña». Los miércoles planifican su salida y los domingos, sin importar «que chova ou que vente» salen a explorar aldeas y montes con la hoz en ristre. «Nin o toxo nin as silveiras nos deteñen. Onde non hai camiño, o abrimos», explica Calros Solla, uno de los integrantes.
Con este método infalible el colectivo ha descubierto hasta ahora 18 petroglifos en Cerdedo, además de otros cuatro en la parroquia de Sabucedo (A Estrada). Los cerdedenses son: A Cerqueira (Biduído), A laxe das filloeiras (Pedre), A laxe do Sangal (Cerdedo), Carballás (Carballás), Monte de Baixo IV y V (Limeres), Monte de Laxoso (Quireza), Muíño de Herdeiros de Baixo (Avelaíndo), Outeiro da Bichoca (Chamadoira), Outeiro da Corva I y II (Pedre), Outeiro de Riba (Biduído), A Porteliña (Tomonde), Lomba de Castrodiz, en Deán (Figueiroa), Granxa do Hospital, en Fondós (Quireza), Vilarchán (Quireza) y Laxe da romaxe I y II (Pedre). Hasta el momento, la mayoría de los petroglifos son abstractos. No obstante, algunos geométricos revisten gran interés, como los agrupamientos de círculos de A laxe da romaxe, con siete figuras, la mayor con 8 círculos. «A ver se a natureza nos premia agora con algunha escena naturalista», aventura Solla.
Tres rutas para poner en valor el patrimonio
Capitán Gosende no solo ha encontrado petroglifos. También ha rescatado de la maleza el Cruceiro do Pego (Parada), una obra de Ignacio Cerviño, el autor del célebre Cruceiro do Hío. La cruz fue derribada y nunca se recolocó, aunque permanece en una casa de la aldea. El pedestal tiene gran interés. Según Calros Solla es «un cómic en pedra», con cuatro escenas del pecado original. Además, el colectivo ha liberado de maleza el puente de Pedre y ha abierto camino a la aldea de Coenllosa (Cotobade). También rescató del olvido la aldea de Vichocuntín (Pedre). La N-541 dividió en dos la aldea. La parte inferior quedó abandonada, pero con apariencia de habitabilidad. Son ruinas de gran valor etnográfico, con casas, hórreos, hornos o antiguos palomares.
Capitán Gosende considera prioritario potenciar el desaprovechado patrimonio artístico, etnográfico y natural de Cerdedo. Para ponerlo en valor ha diseñado tres rutas. La más antigua es la de la Montaña máxica, en torno al Monte Seixo, que ha acogido a 2.600 personas guiadas. Otra es el Roteiro polo Pedre milenario: con opciones norte y sur y visitas a la aldea abandonada de Vichocuntín o a los petroglifos. El tercero es el Roteiro da Pantalla (Santa Compaña), coincidiendo con el Samaín. La noche pasada tenía previsto celebrar su quinta edición.
Diez inscripciones registradas, dos atribuidas por error y un BIC en un gallinero de Tomonde
Aparte de los veinte grabados rupestres hallados recientemente, en el municipio hay otros diez que ya estaban catalogados. Uno de ellos, por su especial valor, ha sido declarado Ben de Interese Cultural (BIC). Se trata de A laxe da pedra, también conocido como A veiga da pedra, en Tomonde. No obstante, este está menos al alcance que cualquiera de los otros, ya que se encuentra dentro de un gallinero particular, con cuatro paredes alrededor y suelo de cemento. Los otros nueve son Fonte Mosqueira (Chamadoira), Laxe do almanaque (Chamadoira), Laxe do Castro (Arén), As Brañas (Lourido), Monte de Baixo I, II y III (Limeres), Outeiro Aciveiro (Biduído) y Outeiro do mestre, en Deán (Figueiroa).
Dos BIC mal situados
Además de los 20 sin catalogar y los 10 catalogados acertadamente, en el listado de patrimonio del Ministerio de Cultura y en la relación gallega de BIC aparecen otros dos petroglifos situados erróneamente en Cerdedo. Se trata de A fraga das ferraduras, que en realidad está en Cerdedo de Viñais (Portugal), y el petroglifo de Monte de Parada, en Parada (Fornelos de Montes).