Un vecino de Forcarei se cuela entre los finalistas del concurso El Mejor Torrezno del Mundo

FORCAREI

Jesús Iglesias regenta en Huesca un restaurante de cocina gallega
04 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hacer un torrezno sabroso tiene más ciencia de la que parece. La corteza tiene que quedar bien crujiente y el magro tierno y jugoso, con la cantidad justa de tocino. Cogerle el punto no es fácil, pero el cocinero Jesús Iglesias Taboada (Forcarei, 1974), lo ha conseguido. El hostelero, que es originario de Umia, en la parroquia de Meavía (Forcarei), acaba de colarse entre los finalistas del concurso El Mejor Torrezno del Mundo, organizado por la Asociación de Fabricantes de Torrezno de Soria y el restaurante Virrey Palafox.
Jesús Iglesias lleva tres décadas afincado en la localidad de Benasque, en el Pirineo aragonés. Tras una temporada trabajando en el sector de la construcción, el forcaricense compró un local cerca del Pico Aneto y abrió el restaurante La cumbre. El negocio, que lleva por sobrenombre Sabor a Galiza, está especializado en comida gallega. «Polbo á galega, polbo á brasa, lacón, pementos e zamburiñas son algúns dos pratos da carta», explica Jesús Iglesias, que atiende el negocio junto a su mujer, la barcelonesa Mónica López. Curiosamente, en el menú no está la richada, el plato más típico de Forcarei. «A richada aquí non tería moita saída. O noso restaurante está en Benasque (Huesca). É un pobo moi pequeno, duns 2.000 e pico habitantes, pero é moi turístico porque está á beira das estacións de esquí. Aquí vén moito turista e o que che piden son zamburiñas, polbo...», explica «A richada deixámola para Forcarei», cuenta orgulloso de sus raíces.
Los torreznos de Soria, en cambio, sí se han hecho hueco en la carta de La cumbre y además, a partir de ahora, tendrán en ella un puesto de honor como finalistas que han sido del concurso El Mejor Torrezmo del Mundo.
Curación previa al aire libre
Jesús Iglesias no tiene inconveniente en compartir la receta que lo ha hecho finalista a fuerza de «ensaio e erro». La materia prima es panceta soriana bien adobada que cuelga al aire libre 24 horas para que la piel se cure mejor. Después, la mete al horno a 150 grados durante 40 o 45 minutos y, cuando está medio hecha, termina la preparación pasándola por la freidora a fuego fuerte, a unos 200 grados. La receta tiene un toque gallego. «Frítoa con aceite de oliva Abril, que é o que uso para todo», confiesa el hostelero. El resultado es un exquisito torrezno crujiente que se sirve con pan de trigo y que es un manjar por sí mismo.