Un penalti sobre la bocina acabó con la ventaja final de los dezanos
03 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.?Tizón, Camino (2), Chema (2), Figueirido (2), Freiría (1), Casal (4), Pablo Vidal (9) -cinco inicial- Táboas, Pablo Orge, Galeano (3), Sergei, Luis Orge, Domínguez (2) y Martínez (3).
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Iago, Ramón (5), Gustavo (2), Bruno (1), Tate (4), Porto (4), Pachi (2) -cinco inicial- Durán, Adrián, Uxío, Arón (1), Martín Román (7), Toño, José (2) y Losón.
Marcador cada cinco minutos: 2-1, 3-3, 8-7, 9-9, 13-11, 15-14 (primer período), 18-16, 18-18, 20-21, 23-22, 25-25 y 28-28 (final).
Árbitros: Juán Espadas y Santiago Ráez del colegio de Castilla La Mancha. Descalificaron con roja directa pro el Chapela a Camino y excluyeron en este equipo a Figueirido, Luis Orge y al técnico local, en una ocasión. Por el Lalinense hubo exclusiones en una ocasión para Gustavo y para Uxío.
Suena la bocina y pitan penalti tras salir un balón fuera. No es habitual y no se suele hacer a los de casa con el partido acabado. El lalinense jugaba fuera y los colegiados fueron rigurosos y cayo el empate final que suena reciente en Lalín. Claro que es la última jugada y antes hubo todo un partido objeto de estudio para los lalinenses.
Primero porque los de Milucho no tenían su día ni en las lanzamientos en juego ni en los de siete metros. Muchos, especialmente, en la primera parte, y hasta cuatro penaltis fallados. Por otra, coger experiencia en jugar con los tiempos. Llegar con dos de ventaja al final y ceder dos goles suele ser demérito propio.
Con esos datos se explica mejor el empate porque el partido fue un auténtico tobogán de marcador. La máxima diferencia la tuvo el Chapela con tres goles pero también llegó a ganar de dos el Embutidos Lalinense. Y con esos tanteos y además con un portero, Iago, que jugo bien sustituyendo a Durán, en el banquillo tras no poder entrenar por la semana, se explica que puso ser otra historia el partido con algo más de acierto y de experiencia.
Hay tiempo para mejorar y recuperar sensaciones del inicio de campaña y además sigue muy vivo el respaldo social. En el pabellón de Redondela, por momentos, destacaban los aficionados lalinenses. Son un valor seguro.