En la provincia se superaron los 500 avisos por daños del jabalí en cultivos

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Esta plaga se une a la asfixia que viven los ganaderos por el incremento de costes

08 oct 2019 . Actualizado a las 20:45 h.

A los ganaderos les toca cada vez mirar más al suelo que al cielo. La preocupación por las lluvias que garanticen una cosecha adecuada para alimentar a sus animales queda en un segundo plano por las mermas que está causando el jabalí en sus cultivos. Cada vez hay más daños, con mayor superficie forrajera afectada, con plantaciones de maíz arrasadas y la incertidumbre sobre el cobro de indemnizaciones desde la Administración y sus cuantías. Una piedra más en el tortuoso camino de lograr la rentabilidad de las granjas, sumado a la pérdida de cabezas por ataques de lobo, los crecientes costes de producción, la inflación, el incremento de los salarios, la desaparición de la cuota láctea o las crecientes exigencias de garantía alimentaria.

Con ese complicado panorama resulta fácil explicar la progresiva reducción de explotaciones ganaderas en la provincia de Pontevedra. En solo tres años, desaparecieron más de 1.500, pasándose de las 8.275 del 2015 a las 6.746 a cierre del pasado ejercicio. En consonancia, el número de vacas también cae de forma progresiva, aunque Lalín siga encabezando el ránking gallego por municipios con 15.000 cabezas. Pero en el conjunto provincial se pasó de las 57.194 en el 2015 a 55.011 en el 2018. Un año donde la mayoría de explotaciones estaban dedicadas a la producción de carne, con 3.279, frente a las 1.023 de leche, con solo 16 mixtas, o los 2.239 de cebadero.

A esa situación actual de reducción de explotaciones y cabezas de ganado contribuye el progresivo incremento de los daños en los cultivos por la plaga de jabalíes. En la provincia pontevedresa se produjeron en un año más de quinientos avisos por ataques de esos animales. Fueron en concreto 523 entre agosto del 2018 y julio del 2019, últimos datos computados por la Consellería de Medio Ambiente. Durante el período de coincidencia con la temporada de caza, se llevaron a cabo 3.702 actuaciones con el objetivo de recortar la cabaña de jabalí en la provincia. Incluyeron desde batidas a monterías y esperas.

Este tipo de acciones apenas paliaron la problemática, como han venido denunciando tanto organizaciones agrarias como ganaderos a título particular o vecinos de las parroquias más afectadas. Entre las más recientes una en Deza por ataques en Moa. Pero de forma periódica surgen alertas por daños en cultivos en Silleda, Lalín, A Estrada,... entre otros muchos municipios, principalmente en el norte provincial. Esa situación llevó a la Xunta a incluir a Deza entre otras comarcas de Galicia en emergencia cinegética temporal para combatir al jabalí, en una supuesta «barra libre» para cazarlo que ya ha generado posiciones encontradas.

«O primeiro paso sempre é denunciar os danos pero as partidas son insuficientes»

Román Santalla cuenta con una explotación en Lalín, además de atesorar una dilatada trayectoria sindical y ejercer como secretario nacional de Ganadería en la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Una voz cualificada que ayer incidía en la tardanza en la medida de la Xunta en torno a las comarcas gallegas donde se podrá cazar jabalí a diario, además de resaltar la existencia de descoordinación y lagunas. Ejemplificó que en la reciente reunión con la directora xeral del Medio Ambiente los tecores pidieron cazar en zonas de entrenamientos y vedadas, refugio habitual de estos animales, pero no está previsto. Cree que no existe tal barra libre y que solo el incremento de accidentes en carreteras motivó la búsqueda de soluciones, al margen del perjuicio que se está causando a los ganaderos.

«O primeiro paso sempre é denunciar os danos pero as partidas son insuficientes», afirma Santalla. Cifra en casi 3 millones de euros las pérdidas en cultivos por el jabalí en el norte de la provincia, que eleva a 10 en toda Galicia. La Xunta prevé, dijo, tan solo 800.000 euros en compensaciones. Y además se trata de un proceso lento, con ocasiones en que ni siquiera se llegan a comprobar los daños. Defendió planes específicos, como el que planteó Unións Agrarias para Deza y que rechazó la Xunta, que incluían un censo de la población de jabalíes. Y discrepó con quienes quieren responsabilizar de todos los males a los tecores para insistir en soluciones conjuntas.

Esta problemática del jabalí está afectando tanto a productores de carne como de leche, en este caso con el añadido del bajo precio que perciben por ella. Un negro panorama «con cada vez máis xente que deixa as vacas».

Controversia entre los tecores y la Xunta por la «barra libre» de caza

La emergencia cinegética temporal declarada por Medio Ambiente en Deza, una supuesta «barra libre» que permite capturar jabalíes sin límites de cupo y cualquier día de la semana, generó controversia y dudas en las sociedades de caza. De inicio representantes de varios tecores, como el de Lalín, consideraron que la medida llegaba tarde, con el maíz recogido, además de resultar peligrosa, con cazadores cualquier día en el monte, con la fauna moviéndose e incrementándose así el riesgo de accidentes.

Un posicionamiento de los tecores que generó una reunión con la directora xeral de Medio Ambiente celebrada la pasada semana donde se abordaron lagunas en cuanto a las medidas autorizadas, que deberán coordinarse con las jefaturas territoriales y en espera de regularlas mediante una resolución a publicar esta misma semana. Habrá que solicitar permiso previo para las batidas, que serán regladas y sin que los cazadores puedan salir individualmente. Ello supone un escollo para contar con suficientes participantes en cada tecor y poder activarlas.

Desde los tecores dezanos se reclamó que el próximo año las medidas de control del jabalí comiencen ya en julio, además de reiterar la necesidad de medidas preventivas de control de la biomasa por parte los concellos y la Diputación. La Xunta busca por su parte simplificar trámites y permite capturas con jaulas.