Con la pandemia la agrupación cambió viajes por celebraciones temáticas
25 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El mes de julio era en Aspadeza tiempo de excursiones y campamentos. Unas semanas en las que las salidas se multiplicaban pero con la pandemia, y aunque los protocolos cambiaron en los últimos meses, en la agrupación dezana creen que en el caso del centro ocupacional de Mouriscade en Lalín se hace necesario mantener las precauciones. Más, tienen en cuenta que aún no están vacunados todos los usuarios. Estos acuden cuando les toca por edad y algunos, por debajo de la treintena, aún están esperando que les convoquen.
A la espera de la inmunización tocó cambiar el chip y buscar otras formas de diversión que fuesen totalmente seguras. La directora del centro ocupacional, Ángeles Baldonedo, explica que de esa necesidad de animar surgió el invento del «bar do cuberto» el pasado mes de septiembre.
Un espacio donde relajarse y disfrutar al aire libre. Una cosa llevó a la otra y fueron naciendo las fiestas de los viernes que quedaron poco a poco instauradas. Con el paso del tiempo, la cosa fue creciendo y con ella también la implicación del personal y, lo que es más importante, la ilusión de los usuarios.
Baldonedo apunta bromeando que «estásenos indo das mans» y es que, a fuerza de echarle ganas e imaginación, los festejos cada vez están más currados en cuanto a puesta en escena y disfraces. Lo mejor de todo esto es la alegría que traen estas celebraciones. La directora señala que «os rapaces están agardando toda a semana e desexando que chegue o venres a ver qué pasa».
Y es que algunas cuentan con la implicación de los usuarios que aportan su granito de arena pero otras, para darle un plus de emoción a la cosa, son totalmente sorpresa. Ángeles Baldonedo apunta que «pensamos neste tipo de celebracións para esta época de pandemia co obxetivo de facer algo co que o pasarán ben e fose seguro, mentres non puideramos facer outras actividades, pero creo que xa non vamos a poder dar marcha atrás».
Y es que las fiestas nacieron ya para quedarse. «Agora xa non podemos prescindir delas, e quedarán para sempre». Las familias también están encantadas con estas iniciativas que devolvieron a los chavales la ilusión en una época tan difícil como esta con las circunstancias provocadas por la pandemia.
Las celebraciones nacieron para que los grupos puedan desconectar un poco. Un objetivo que consiguieron con creces.. Pero detrás de todo esto está un equipo dispuesto a darlo todo y que sacrifican todas las horas necesarias de su tiempo para hacer felices a los usuarios. Ver su sonrisa es el mejor premio.
En todo este tiempo hubo ya fiestas temáticas de todo tipo. Tantas, que creen que a partir de septiembre, a la vuelta de las vacaciones del mes de agosto, tendrán que repetir alguna «porque xa se nos van acabando as ideas».
Alguna fue a petición de los propios usuarios como los Sanfermines que contaron hasta un encierro con toro de cartón. Las fiestas están siendo también un máster en manualidades para los trabajadores. Porque los decorados y el vestuario cada vez están más cuidados. Cuentan que es necesario trabajar durante toda la semana para montar los escenarios, en ocasiones elaborar los disfraces, y pensar y buscar las bebidas y pinchos con comida típica de ese país o de esa celebración en particular.
De Ibiza a Hawái
En Aspadeza se celebró el Mes do Cocido, con la Gala do Cocido incluida. Hubo todo tipo de festejos por países que abarcaron un amplio abanico que incluyó fiestas italianas, mexicanas y hasta una alemana imitando a las de la cerveza.
Las más sonadas de España también tuvieron cabida en el centro ocupacional de Mouriscade que se vistió de faralaes para la Feria de Abril y con el consabido traje de pamplonica para sanfermines.
En mayo se rindió culto a los Maios sin dejar fuera el canto de las coplas, previa redacción de las mismas. Hubo hasta una fiesta medieval y una gallega a la que algún trabajador hasta se llevó la pandereta, sin olvidar otras más tradicionales como el Entroido. En las de este mes, el tono de verano se dejó sentir en una hawaiana y una ibicenca que se celebró el viernes con todos vestidos de blanco para la ocasión.
El invento del
bar do cuberto
Cartón, goma eva, papel y bolsas de basura son los ingredientes básicos para la confección de toda la puesta en escena del bar do cuberto. Las bolsas de basura sirven hasta para confeccionar las prendas del vestuario, aunque en estas semanas de verano intentan huir del plástico y aligerar los atuendos para evitar pasar calor. Paralelamente en el centro continúan con el trabajo que realizan para diferentes empresas. «O mes de agosto pechamos coma sempre por vacacións e este mes estamos tamén adiantando o traballo», apunta Ángeles Baldonedo.
En estos momentos son 34 usuarios y 14 trabajadores. Continúan realizando trabajos para el Concello de Lalín con la colocación de los carteles de las diferentes actividades culturales por todo el pueblo y la confección de señales para las rutas de senderismo. A estas labores se suman las que desempeñan para GSI con la preparación de los productos que llenarán las máquinas expendedoras, la colocación de etiquetas para Florentino y la realización de diferentes trabajos para Arlit, entre otras.