Se descubrió una foto junto con un texto en el albergue con su nombre
21 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El próximo viernes 26 de mayo se cumplen veinte años del fatídico accidente de avión que terminó con la vida de 62 militares españoles, entre ellos el cabo primero lalinense, Vicente Agulló Canda, cuando regresaban de una misión de paz en Afganistán a bordo del tristemente conocido Yakolev 42.
Para mantener vivo su recuerdo, una semana antes de cumplirse esta dolorosa efeméride, familiares y miembros del Concello de Lalín participaron en un pequeño acto de homenaje en el albergue juvenil situado en la parroquia de Mouriscade que lleva su nombre desde el 20 de septiembre del 2003. Una foto suya preside desde ayer el interior de la estancia principal con una pequeña descripción sobre quién era. Además de la instantánea, próximamente el albergue lucirá un pequeño documento con más información biográfica sobre Vicente.
Aunque el tiempo ayuda a cicatrizar las heridas, una tan profunda es imborrable. «O tempo pasou e o tempo é o encargado de olvidar todo, en parte. Pero para que non se esqueza totalmente quedan estas cousas, retratos, escritos e placas», afirmaba Carlos Agulló, su padre. Él, junto con su esposa y madre de Vicente, Pura Canda, descubrieron la instantánea que conmemora a su hijo. Una imagen en la que está vestido de militar, destacando en el texto su carácter «alegre y divertido».
Arropados por sus familiares, no pudieron evitar dejar escapar las lágrimas al recordar a Vicente. A pesar de la emoción que la embargaba, Pura quiso agradecer al Concello por escuchar y cumplir una petición cuyo objetivo no es otro que mantener la memoria de su hijo presente. «Cando puxeron o seu nome ao albergue a min parecíame que tiña que ter unha foto del para que saiban quen foi Vicente. Como ven tanta xente nova, que poidan ver o seu currículo», señaló.
«El era digno desto, con todas as travesuras que tivera, que tamén era traste, pero tiña un corazón tan grande que os que o coñecían poden dicir que era verdade», concluyó Pura. A modo de anécdota, su padre explicó que la zona en la que está situada el albergue era uno de los lugares a los que más le gustaba acudir. «Viña correr aquí, era un dos seus sitios predilectos, no coto do muíño», afirmó Carlos Agulló.
Por su parte, el alcalde de Lalín, José Crespo, destacó la «vitalidade» de Vicente y aseguró que «foi un acerto darlle o seu nome a este albergue polas connotacións que dixo Pura, estou convencido de que esta zona vai coller auxe».
Dinamizar el entorno
Con el objetivo de atraer más visitantes hasta el albergue, Crespo anunció que está en sus planes «facer un proxecto global para darlle máis uso ao albergue coa área recreativa». Aprovechando la cesión en propiedad de los cerca de 4 hectáreas de la zona, el alcalde incluso consideró la posibilidad de ampliar el albergue con la construcción de alguna dependencia más para «poñer isto dun xeito que sexa o solaz do Concello de Lalín».
Un trágico suceso que todavía sigue coleando en la memoria
Vicente falleció en la mayor catástrofe sufrida por las Fuerzas Armadas Españolas en Misiones de Paz de los últimos tiempos. El avión que lo transportaba se estrelló cerca del aeropuerto turco de Trebisonda. Las primeras investigaciones destaparon las malas condiciones de la aeronave, asimismo, la tripulación llevaba más de 23 horas de vuelo, con el consiguiente cansancio acumulado. El mal tiempo y los errores en la tripulación fueron anunciadas como posibles causas, pero las familias denunciaron el mal estado de la aeronave, realizando desde entonces distintas peticiones para que se reabra la investigación para depurar responsabilidades.
Un caso doloroso que, además, contó con que las pruebas de ADN realizadas detectaron que 30 de los cadáveres habían sido identificados erróneamente, entre ellos los del propio Vicente. Dos años después del accidente sus familiares pudieron despedirlo con un funeral en Vilatuxe, donde descansa desde entonces en el panteón familiar.