El chino que salió de Lalín a caballo llegó a Rumanía tras más de 5.000 kilómetros

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Cedida

Dejará pronto Europa para adentrarse en Asia camino de su casa, en Heze

18 sep 2023 . Actualizado a las 12:33 h.

Acompañado de su inseparable caballo Furion, Zhixian Xu, el chino que salió de Lalín en febrero del año pasado con el propósito de regresar a su país, prosigue su ruta a pie con tranquilidad, pero sin pausa. Y es que, pese a la montura, Furion se encarga de llevar el escueto equipaje, y, la mayor parte del viaje, su dueño va a su lado caminando. El viernes, ambos se encontraban visitando el castillo de Hundad, en la ciudad rumana de Hunedoara, en el corazón de la antigua Dacia romana conquistada por Trajano, donde compartieron foco con algunos novios.

A finales de junio, Unás, como le llaman sus conocidos, alcanzaba los 5.000 kilómetros recorridos. Llevan ya un año y unos siete meses de aventura en la que atravesaron gran parte de Europa, dejando muchos amigos a su paso. Con el espíritu de los antiguos viajeros, Unás sigue su camino deteniéndose en cada pueblo y ciudad en los que encuentra una buena acogida.

Mantiene un estrecho contacto con Javier Blanco, su amigo-hermano lalinense, que le vendió el caballo, le enseñó a montar y lo acompañó la primera parte de su viaje, desde Lalín a Santiago de Compostela, y desde allí hasta Villafranca del Bierzo siguiendo el Camino Francés en sentido contrario. En tierras bercianas se despidieron, y ahora Blanco quiere intentar llegar a China: «Cando lle queden uns quince días ou así para chegar á casa, acompañalo e chegar con el». «Quero aforrar para ir, porque sería unha cousa bonita acabar xuntos o que empezamos xuntos», añade. Ambos hablan muy a menudo. Blanco sigue muy pendiente de su amigo, preocupado por su seguridad, y analiza cada foto y cada videollamada para ver cómo está de ánimo y cómo va el caballo. A Furion lo ve «moi forte», y cuenta que «vai facendo montas en eguas, e xa debe de ter unha chea de fillos por Europa adiante».

«Unás —explica— fala coa súa familia todos os días por videochamada. E, no camiño, vai parando, ás veces días ou semanas, en diferentes lugares, e por sorte vai atopando boa xente. Xa foi a unha voda, a festas típicas romanesas...». Sigue llevando a Galicia en el corazón y no abandona la concha de vieira que lleva al cuello. La presencia de este peculiar peregrino no pasa desapercibida allá por donde va. Ahora, tras Rumanía, está cerca de dejar Europa para seguir ruta por algunos países árabes hasta China. En alguno de ellos, apunta Blanco, «ten algúns coñecidos», pero, aunque el camino más corto lo llevaría por Ucrania y Rusia, la guerra le obliga a variar el itinerario, que será algo más largo. Tras cruzar media Europa, Furion seguramente se convirtió ya en uno de los caballos que más países ha recorrido y que más monumentos y lugares turísticos ha visitado. Dentro de pocas jornadas, tendrá que enfrentarse a otros territorios más áridos, en los que escasean los pastos y... las yeguas. Atrás, los dos ya dejaron países, como Francia, Alemania, Holanda, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Eslovenia, Austria y Moldavia, pero... la aventura continúa.