En Lalín se recibía ayer con pesar el fallecimiento de Mario Gutiérrez Crespo, conocido popularmente por muchos por Mario de Gonzacoca. A esa empresa estuvo vinculado durante unas cinco décadas, como trabajador primero y después como encargado. Una firma gestada en Vigo en 1931 que abría sede en la capital dezana en 1954.
Mario Gutiérrez fue uno de los alumnos de la primera promoción del Instituto Laboral de Lalín, consiguiendo superar el examen de reválida que se llevó a cabo en Tui. De los más de setenta estudiantes de aquella promoción tan solo superaron las pruebas catorce. Uno fue Mario, vinculado profesionalmente a la firma dedicada en principio solo a la venta de repuestos de maquinaria agrícola y que después también comercializaba tractores en la calle Puente, además de un taller de reparaciones. Unas instalaciones ahora ya cerrada.
Pero a este lalinense también le conocen personas de cierta edad porque fue locutor de la radio local, La Voz del Deza. Colaboró en diversas iniciativas culturales con el Tío Xanete y contaba con dotes de artista, con capacidad para novelar y teatralizar textos. Cuenta el cronista oficial de Lalín, Daniel González Alén, que era una persona muy conocida en la zona, además festeira y que solía engalanar vehículos para la celebración del San Cristóbal.
En el tanatorio de la avenida Bos Aires se vela el cuerpo de Mario Gutiérrez, de donde saldrá hoy la comitiva fúnebre a las cinco de la tarde hacia la iglesia parroquial de Lalín. Tras oficiarse el funeral será enterrado en el cementerio viejo. Deja viuda, Candy Feijoo, y dos hijos, Mario y Javier.