Detrás de Alvarizas da Terra de Deza e a Serra do Candán está el esfuerzo constante del investigador Jesús Taboada Martínez (Lalín, 1973) durante años por localizar y documentar la presencia de esos ejemplos de la arquitectura popular en la zona. Un bien patrimonial y etnográfico a conservar, dedicado en otras épocas y en algún caso en la actualidad, a la producción apícola. Y esa labor permitió constatar la significativa concentración de estas construcciones en la comarca dezana, de las más importantes en Galicia, como se refleja en el libro presentado ayer en el museo municipal Ramón María Aller de Lalín.
La publicación, a cargo del Seminario de Estudios de Deza, supone el colofón a un proceso de localización que el autor comenzó en 1989, con un primer fruto con la redacción de un informe en 1995 sobre las alvarizas de Deza y el diseño de una ruta por este patrimonio en Zobra, en el 2018. Jesús Taboada consiguió inventariar hasta 125 de estas construcciones de la arquitectura popular para fines apícolas, entre las más relevantes de Galicia, para muchos desconocidos y que se quiere divulgar con la propia obra.
Entre los datos que aporta el libro destaca, por ejemplo, que la mayor concentración de esas 125 alvarizas está en Lalín, con el 54 %, por el 26 % en Dozón, el 9 en Silleda, el 4 en Forcarei, el 3 tanto en O Irixo como en Rodeiro, y el 1 % en Vila de Cruces, sin detectarse ninguna por el momento en Agolada. También clasifica estos elementos patrimoniales en función de uso doméstico o de monte, aportando datos específicos sobre morfología, situación, inclinación y altitud a la que se construyeron, junto con los elementos que las componen.
Otro dato reflejado incide en el estado de conservación, que es malo en el 44 % de los casos, regular en el 25 y bueno en el 31. Incluye datos del medio natural, fauna y flora existente donde se construyeron alvarizas, así como ficha pormenorizada de todas. Sin duda, un tesoro a conservar.