
Desde las 14.00 horas estaban a la puerta del consistorio lalinense los primeros en recoger ayer las invitaciones para la Gala do Cocido. El primer y segundo puesto lo ocupaban Carlos Mariño, natural de Zaragoza y con 40 años de residencia en la capital dezana e Isabel González, que acudió a coger entradas para su hijo. Andrea Pereiro de Lalín y Anabel Espantoso de Bendoiro, repitieron por segundo año consecutivo en los primeros puestos y se llevaron sus entradas tan contentas tras tres horitas de espera.
El reparto, que arrancó a las 17.00 horas, se cerró a las 16.30 horas con la distribución de cerca de dos mil entradas: con banda roja para la Fan Zone que se estrena este año y tuvo una gran demanda y azul para los asientos. De nuevo, hubo colas hasta el final de la praza de Galicia zigzagueando siguiendo las curvas del edificio del castro tecnolóxico.
En la cola se mezclaban mayores y pandillas de jóvenes y adolescentes. Entre los primeros se encontraban asiduos a la cita del Luar do Cocido y también mandados: madres, padres, abuelas y demás familia que acudían a por entradas «para os rapaces».
Entre los jóvenes abundaban los fans de Vicco. Había quien no acertaba a dar con el nombre pero tenía clara la canción: Nocheochentera. Mil Moliner o Rozalén fueron otros de los nombres más repetidos, pero también había quien no tenía nada claro quien actuaba y contaba que iba siempre a la gala «a ver a quen veña». No fueron pocos los que aseguraban que principalmente iban «a ver a Gayoso, que é o máis». Fans del veterano presentador de todas las edades y uno que añadía «a chica que presenta con el», en alusión a Esther Estévez. Hablando de chicas, despertaban también no pocas pasiones las de las orquestas, especialmente de la Panorama. Muchos y muchas se declaraban fans de la Panorama y la Cinema en el escenario del Arena y no querían perdérselo haciendo ya planes para acudir a la verbena de la París de Noia en Lalín el día 17.
En el primer tramo, cerca de la entrada del consistorio, hubo protestas por algunos jóvenes que tenían a los padres a la cola, llegaron más tarde, «e coláronse», apuntaban otros. Una señora explicaba que «pasamos de ser 20 a 30 en nada».
Al final de la cola la preocupación era si llegarían las entradas para todos. Según el Concello se atendieron todas las peticiones. Muchos son asiduos cada año. Esta vez la temperatura era agradable y dulcificó la espera. Los que repetían no olvidaron «o frío que pasamos o ano pasado, facía un vento xeado e non había quen parase, nada que ver con hoxe». La razón de repetir espera por la invitación «porque o pasamos moi ben na Gala» explicaba más de uno y una.