Maruxiña y Xulia Ferradás firman las cinotipias que sirvieron de base a las etiquetas de una nueva edición especial de «Toupiña», de Carlos Brea
18 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Si el artista y animador sociocultural Damián Payo Paío se arrogaba la capacidad de ampliar el santoral, con el nuevo San Paío de Payo, el empresario Carlos Blanco tampoco se quedará atrás. En esta ocasión en forma de simpático títere, Santo Carolus Abate de Lagazós. La compañía Viravolta ponía la nota de humor en la presentación de la nueva edición especial de Toupiña, la cerveza ecológica de Brea. Un año más se combina la fabricación artesana con el arte de la etiqueta. En esta edición las creadoras lalinenses Maruxiña y Xulia Ferradás firman las dos obras que ilustran las dos botellas, de 33 y 75 centilitros, que conforman la caja de madera serigrafiada que las acogen junto con un vaso, en ambos casos serigrafiados con sus nombres.
Viravolta Títeres abría el telón a la presentación de Toupiña Especial 2024 en el edificios de usos múltiples de Manuel Rivero de Lalín. Con retranca, con alusiones a la Gran Praza o la Casa de Alvarito, sus personajes hacían las delicias ya de inicio, como después en algunas otras intervenciones durante el acto. Carlos Brea exponía al público asistente la gestación del proyecto en el 2012, con la primera plantación ecológica de lúpulo de España en Lagazós y la salida al mercado en el 2015 de la primera cerveza. Un año después ya contaba con fábrica propia en este núcleo lalinense e iniciaba en el 2018 esas tiradas especiales, siempre vinculadas al mundo artístico.
Música en vivo
La presentación incluyó justo después de esa primera intervención de Brea con música, con la cantante Sandra Fondevila acompañada a la guitarra por Diego Sieiro. De nuevo Viravolta sorprendía con un simpático diablillo salido de las «llamas» antes de que tomasen la palabra las hermanas creadoras de las dos cianotipias que sirvieron de base a las etiquetas. Para quienes desconozcan esta técnica artesanal, decir que la cianotipia cabalga a camino entre la pintura y la fotografía, mediante la impresión de negativos en monocromo. Realizada a través de una emulsión que revela las imágenes sobre cualquier soporte absorbente en diversos tonos de azul.
Maruxiña y Xulia Ferradás incidían en que ambas decidieron optar por esta técnica que aunaba las dos líneas creativas que las diferencian, una más volcada en la fotografía y la otra en la plástica. Antes se imbuyeron en el espíritu de esa cerveza artesanal, con una visita a las plantaciones y la propia fábrica de Lagazós, escuchando las explicaciones de Carlos Brea sobre todos los procesos hasta el embotellado final.
Como representante de la firma Coreti, encargada de elaborar el etiquetado, Manuel Deza reconocía que Carlos Brea cada vez les complicaban más los procesos pero a la vez les sorprendían. En este caso buscaron darle más vida a las obras de las artistas lalinenses, para darle volumen en algunas zonas y conseguir «pequeñas obras de arte plasmadas en un trozo de papel». Creaciones que invitan a tocarlas, como pudieron hacerlo los asistentes al acto de presentación.
La música y los títeres tomaban el relevo antes de que Brea entregase las primeras cajas numeradas con las dos cervezas a colaboradores, comenzando por Xulia y Maruxiña. Dos cervezas gemelas para dos gemelas, como comentó jocoso, desvelando que tienen los mimos ingredientes tan solo con un matiz, distinta levadura o la presencia de cáscara de naranja solo en una.
El colofón a una presentación en la que se daba un salto cultural relevante respecto a años anteriores lo puso la buena mesa, con una degustación de productos y de las propias cervezas, incluidos helados con esa base. Chefs y productores arroparon así a Carlos Brea, un empresario distinto, dinámico y que se hace sin duda querer.
Una fórmula que arrancó en el 2018, cuando todos los ingredientes ya se producían en Lalín
La puesta de largo de las ediciones especiales de Toupiña, con arte en sus etiquetas, arrancaron en el 2018. Como explicaba Carlos Brea, ese fue el año en que por primera vez en la fábrica de Lagazós la cerveza se elaboró con ingredientes de producción propia, desde el lúpulo a la cebada o el trigo. Armindo Salgueiro firmaba la primera obra convertida en etiqueta en esa ocasión, para tomar después Paío el relevo, recreando al tío del empresario, cuyo apodo precisamente da nombre a la cerveza.
En el 2020 no hubo tirada especial por la pandemia, resarciéndose en el 2021 aún con los rescoldos del coronavirus con doble edición. La primera con la creación de Misha Bies Golas y la segunda de Álvaro Negro. En este caso ya con dos propuestas diferenciadas al comenzar el embotellado tanto de 33 como de 75 centilitros. En el 2022 se encargaba Antón Lamazares con su particular Alfabeto Delfín de ilustrar la propuesta, en un año muy especial porque cosechaba el reconocimiento la fábrica de Lagazós como la primera empresa artesana de Galicia. Y en el 2023 Nicolás González Aller firmaba la obra.
Todos los artistas colaboran desinteresadamente con sus creaciones para convertir las botellas en verdaderas joyas y objetos de colección.