Ni en Vigo ni en Pontevedra, la clave sobre quién será presidente de la Diputación está en un primer piso de Rodeiro

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

RODEIRO

Luis López mantuvo el jueves una reunión clave con sus compañeros del PP de Rodeiro.
Luis López mantuvo el jueves una reunión clave con sus compañeros del PP de Rodeiro. Martina Miser

Luis López, que se prevé que sea el titular de la institución provincial, se reunió con la lista electoral del PP en su municipio, de la que tendrán que renunciar 16 personas. No se prevé que los suyos le fallen

10 jun 2023 . Actualizado a las 21:04 h.

No es Génova ni muchísimo menos. Pero a partir de ahora habrá que darle cierta importancia al local situado en el primer piso del número 23 de la Carretera General de Rodeiro. Porque ahí es donde tiene su sede el PP en este pequeño municipio escondido al fondo de la provincia de Pontevedra. Y ahí, en un edificio en medio del diminuto casco urbano construido en un solar donde hace poco más de dos décadas años aún pastaban las vacas, comenzó a cocerse el jueves el relevo de Carmela Silva en la Diputación de Pontevedra, cuyo puesto ocupará Luis López, presidente provincial del PP, delegado territorial de la Xunta y, también, exalcalde de Rodeiro. Porque, aunque obviamente su designación se decidió en las alturas del partido (oficialmente insisten en que no está cerrado este asunto), salió del propio Alfonso Rueda, de no ser por lo ocurrido en esa sede de Rodeiro el jueves no podría llegar a buen puerto. 

Luis López, que sustituyó a Alfonso Rueda como presidente y fontanero del PP en la provincia a raíz de la marcha de Núñez Feijoo a Madrid, se entregó en cuerpo y alma a la confección de las listas electorales. Fue prácticamente omnipresente en toda la provincia. Él, que ahora mantiene un silencio absoluto, dijo la noche electoral, ya con los buenos resultados en la buchaca, que sí soñaba con recuperar la Diputación de Pontevedra. Solo él sabe si preveía ese escenario o simplemente iba de farol una vez que le dieron las cuentas. Pero lo que está claro es que, de pensar en esa posibilidad, con lo que no contaba era con ser él mismo el siguiente presidente de la Diputación. Porque, de pensar en semejante cuestión, se habría reservado un puesto de salida o al menos una posición media en la lista electoral de Rodeiro, donde al fin y al cabo fue alcalde hasta que ascendió a delegado de la Xunta y donde, además, él mismo comandó la confección de la candidatura, en la que concurrió como cabeza de cartel la persona que fue su mano derecha en el Concello y en el dos su hermano. Porque hay que recordar que para presidir la Diputación es obligatorio ser concejal electo en las urnas

Luis López, con los compañeros de candidatura que parece que no ven con malos ojos reuniar para que él sea concejal y pueda presidir la Diputación.
Luis López, con los compañeros de candidatura que parece que no ven con malos ojos reuniar para que él sea concejal y pueda presidir la Diputación.

Pero, quizás porque recuperar la Diputación se antojaba muy complejo o quizás porque creía firmemente en que «no PP hai banquillo de sobra», tal y como él insiste en afirmar, concurrió a las elecciones en su municipio natal en un puesto simbólico: cerrando la lista, como suplente, y en el número 21. Así que ahora, para que sea concejal y pueda ser nombrado presidente de la Diputación, toca que renuncien nada menos que 16 personas (una de las que salió elegidas y el resto de la lista, para que corran los puestos y entre López en la corporación). De eso hace días que se habla en los medios de comunicación y, lógicamente, es tema de conversación en todos los bares de Rodeiro. Sin embargo, el PP, que ya había mantenido una reunión con su gente de Rodeiro tras el varapalo electoral sufrido (ganaron las elecciones, pero perdieron la mayoría absoluta, así que parece difícil que sigan gobernando), no había tocado el asunto de la renuncia en cascada. Hasta el jueves a última hora, que sí lo hizo.

Tras cumplir con su agenda diaria como delegado de la Xunta, Luis López se presentó en la sede del PP para explicar en primera persona a sus compañeros de lista lo que estaba pasando. Parece que no fue una reunión en la que se decidiese nada, sino más bien una toma de contacto para saber si en caso de que el partido decida que él sea el presidente de la Diputación contaría o no con el apoyo tanto de la persona que tendría que evitar tomar posesión de su escaño como de las otras quince que deberían renunciar en cascada. No llegó a estar presente toda la candidatura, pero sí gran parte.

De entre los cinco primeros de la lista, que son los que resultaron elegidos, parece que varios de ellos o incluso todos pusieron a disposición su acta para cedérsela a López. Y, en cuanto a los siguientes, distintas fuentes apuntan a que también serían proclives a la renuncia con tal de sentar a su amigo y anterior alcalde en el sillón presidencial de la Diputación. «É un orgullo ter un presidente da Deputación de Rodeiro, como non imos querer iso?», señalaba una de las personas que acudió a la reunión. 

Por tanto, y aunque de esa reunión no se salió con una decisión tomada, parece que Luis López contaría con la bendición de los suyos para protagonizar lo que en la junta electoral de Pontevedra una persona definía como «rizar el rizo»; que el último suplente de la lista acabe siendo concejal como llave para presidir la Diputación. Todo parece indicar que, si finalmente el tablero se mueve de esa manera en Rodeiro, Luis López también renunciará rápidamente a su puesto como delegado de la Xunta en Pontevedra para luego irse a la Diputación. 

A falta de que el partido lo confirme oficialmente, algo que posiblemente no se produzca hasta pasado el 17, que es cuando tendrán lugar las sesiones de investidura en los concellos, en el partido, de la cima al fondo de la provincia, nadie duda de que el sillón principal del pazo de la Diputación en pleno centro de Pontevedra parece tener escrito ya el apellido de López, un licenciado en Derecho nacido efectivamente en Rodeiro, uno de los concellos más rurales y pequeños de la provincia, y residente desde hace poco tiempo en Vilagarcía. Lugués, como todo el mundo le llama por su apodo familiar, pasaría entonces de Rodeiro número 23 a la avenida de Montero Ríos sin número de Pontevedra en poco más de dos años, con parada en la sede pontevedresa de la Xunta y puesta de galones en su partido de por medio.