Silleda recuerda a aquel «home atento, sinxelo e de poucas falas»

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

Miguel souto

En el instituto al que da nombre hubo una exposición, música y discursos

05 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La música compuesta por Manuel Dopazo a cargo de jóvenes intérpretes del instituto de Silleda, bajo la dirección del profesor Javier María, abría ayer los actos en recuerdo del pintor Manuel Colmeiro (Chapa 1901-Salvaterra de Miño 1999) por el veinticinco aniversario de su muerte. Una jornada cargada de emociones, donde faltó tampoco una ofrenda floral en la tumba donde reposan sus restos mortales en el cementerio de Margaride y una mesa redonda en torno a su figura y obra, celebrada en el salón de actos del consistorio.

Pasaba del mediodía cuando el alumnado del IES silledense se concentraba en la entrada del centro. Allí se exponían las coloristas obras ejecutadas por estudiantes de primero de ESO durante las últimas semanas, al desarrollarse unidades didácticas en torno a Colmeiro, considerado uno de los renovadores del arte gallego en el siglo XX. El propio Concello escogió el instituto como de los epicentros para conmemorar esos cinco lustros desde su muerte, algo que agradeció su director, Laura López, a las autoridades presentes. Asistieron la alcaldesa, Paula Fernández, la concejala de Cultura, Mónica González, y la de Educación, Ángela Troitiño.

La gestión de Neira Vilas

La directora del instituto recordó en su intervención la visita en septiembre del 2015 de dos docentes al escritor cruceño Xosé Neira Vilas para pedirle que aceptase que la biblioteca llevase su nombre. Aceptó con su habitual modestia y les contaba la historia de cómo el IES de Silleda se bautizó Pintor Colmeiro. Les recordó que se había abogado por ponerle Neira Vilas, pero consideró que no era ético al contarse en Trasdeza con un personaje tan ilustre como Manuel Colmeiro. Le había conocido en 1951 en la sociedad de Silleda en Bos Aires y vio en él

«un home atento, sinxelo e de poucas falas».

Neira Vilas medió con el pintor para que aceptase la distinción de que el instituto llevase su nombre, como consta en el libro de actas del centro y como el escritor recoge en el libro Crónicas galegas de América. En esa obra destacaba su relevancia como pintor tras ver obra suya en la capital argentina o los discursos de Rafael Dieste o la monografía de Bonet Correa en torno a Colmeiro. Recibió más noticias sobre él, en especial a través de Luis Seoane o Laxeiro.

Neira Vilas recordaba en ese libro el óleo de Colmeiro que había en La Habana pero terminó deterioro e insalvable en un sótano. También sus dos encuentros con el artista en su casa de San Fiz de Margaride en los años 80, dedicándole una carpeta de dibujos. Su último contacto fue por teléfono en 1997 para proponerle, a petición del Concello de Silleda, que aceptase bautizar en instituto con su nombre. Al parecer le deba igual y tras insistirle le dijo: «Ben, o que vostede dispoña e o que queiran os meus paisanos de Silleda». Todavía hubo una segunda llamada para plantearle que sería mejor Pintor Colmeiro y de nuevo un «o que vostedes queiran».

En el IES silledense se conservan dos obras de Colmeiro, uno de lavanderas y otro un paisaje verde, así como un horno de cocción para cerámica que donó su hija Elena. Uno de los alumnos del centro y graduado en Belas Artes, Adrián Penido, visiblemente nervioso por tener que hablar animó a los estudiantes a cursar arte, deporte,... o lo que gustase. Una petición que también realizó la alcaldesa, Paula Fernández, quien ensalzó la figura de Colmeiro a la altura de genios como Picasso o Miró, con su propia estancia en París. Les pidió que cumplan sus sueños, por lo que toca estudiar, además de recordar la exposición sobre el pintor en la Fundación Luis Seoane. «A vida é arte e a vida en vosa», concluyó antes de que volviese a sonar la música para despedir el emotivo acto.

«Foi moi amable e mandou buscarme para ir a súa mostra», recuerda Brea Colmeiro

En Silleda estaba ayer otro pintor y catedrático de Dibujo, además de familiar del homenajeado. José Brea Colmeiro recordaba algunas vivencias con su primo. En especial cuando en 1965 abría el artista de Chapa una exposición en la prestigiosa galería Biosca de Madrid. Por aquel entonces Brea Colmeiro cursaba estudios en la capital, con docentes como Antonio López, y en plena clase con él apareció por allí Sevillano, otro creador de renombre. Acudía de parte de Manuel Colmeiro porque quería conocerle.

«Eu non tiña coche pero levoume Sevillano á galería Biosca e alí coñecín a Manuel Colmeiro e a súa muller, foi moi amable e mandou buscarme para ir a súa mostra», recuerda Brea Colmeiro, que recalaba ayer en Silleda por la onomástica de otro familiar, Miguel Villar. Hubo más encuentros en algunas fiestas pero en aquel primero incluso trazaron el árbol genealógico de varias generaciones para constatar que eran primos. Y le dedicó un catálogo: «A o meu homónimo Brea Colmeiro en nome da arte, con toda a estima». Por su parte, él le invitó a su primera exposición en 1970 en Pontevedra a través de una carta. Recibió una misiva emotiva de respuesta, lamentando no poder ir. Pero mandó a su hija Elena.

Coloquio en torno a la figura y la obra del artista

En el consistorio se cerró la jornada con un coloquio sobre la figura y obra del pintor, donde intervinieron Mónica Alonso, Carlos Bernárdez, Carmen Lareo y Cecilia Doporto, con la ausencia a última hora de la nieta del pintor, Alba Corral Colmeiro. Entre el público estaba el presidente de la Real Academia Galega de Belas Artes, Quintana Martelo, y artistas como Acisclo, Brea Colmeiro, Fondevila o Marisa Miguélez.