El padre saletino fallecía tras una desafortunada caída en su domicilio
19 dic 2024 . Actualizado a las 14:16 h.Cordial, amable y cercano, el sacerdote Gerardo Comeau Chenar se había ganado el cariño de los silledenses desde que recaló hace cuatro décadas en el municipio dezano. Una desafortunada caída al mediodía de ayer le produjo la muerte a los noventa años. A pesar de su avanzada edad y de su delicada salud tras sufrir hace un tiempo un ictus, seguía atendiendo a los fieles de las parroquias de Cortegada y Parada. Gozaba de movilidad y de vocación de servicio que le llevaron a continuar con su labor sacerdotal hasta el último día de su vida.
Natural de la ciudad de Nashua, en el estado norteamericano de New Hampshire, contaba antes del homenaje vecinal en Silleda por sus bodas de oro como sacerdote, su ingreso en el seminario con solo catorce años y la profesión perpetua a los veinticuatro. Cuando cursaba estudios de Teología en Roma un misionero español le propuso venir a nuestro país y aquí recaló, primero en Segovia y después en Valladolid, para terminar en Silleda, en el santuario de A Saleta de Siador, del que fue superior y con el que colaboraba.
«É algo moi especial para min, sen dúbida un don marabilloso. Cando fixen 25 anos como sacerdote xa foi un luxo pero os 50 son moi especiais porque te das conta de que é toda unha vida crendo e traballando no mesmo», afirmaba en una entrevista en La Voz en agosto del 2011. Más de cuatrocientas personas le arroparon entonces para celebrar esos cincuenta años de sacerdocio. En ocasiones ejerció como misionero fuera de España, con estancias en la Saleta de Francia o en la India como formador itinerante, además de ofrecer charlas o seminarios. Un hombre vocacional a quien además le gustaba tocar la guitarra.
Su cuerpo estará expuesto en la iglesia de Siador, donde mañana será el funeral a las 12.00 horas antes de su entierro.