EL CRISOL | O |
06 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.HAY OLVIDOS que juegan muy malas pasadas. Y eso es lo que le pasó a Santiago Segura con Vila de Cruces. Si ya en los últimos días había enfadado a más de uno, ayer se unió el alcalde de Vila de Cruces a la lista. Torrente se acordó de la Festa do Galo de Curral y de que le entregaron una vasija. Pero ¿dónde? ¿Será la de Cruces o Portas? Y es que los olvidos provocan más de un enfado. ¿Quién no se molesta cuando después de encargar a alguien varias veces que, por favor, se acuerde de devolverte los libros o los discos que le prestaste te dice una y otra vez «hoy no me acordé»? ¿O cuando encargas que te avise con tiempo a qué hora es la comida familiar o de trabajo y únicamente te telefonea cinco minutos antes inventando una disculpa? ¿Quién no coge un buen mosqueo si se pasa una hora esperando por alguien en una cafetería hasta que al final optas por llamarle al móvil y te dice que lo siente, pero que se le pasó? Por no decir cuando estás esperando ese documento, ingrediente de una receta, utensilio o material imprescindible para poder continuar trabajando y llega la persona con las manos absolutamente vacías. ¡Uhhhhhhhhh! ¡Desesperante! Las historias de los olvidos, como el de Santiago Segura, se repiten diariamente. Y eso que están las anotaciones en las agendas, en multitud de minúsculos papeles, el cambiar de reloj de mano o incluso escribir en ella para que al final la memoria no falle y evitar el enfado de la persona del encargo. Pero ni con esas, a veces, se logra que te juegue malas pasadas. Pero entre los olvidadizos también los hay profesionales y que lo hacen ya para no devolverte ese disco tuyo que tanto les gusta y ahorrarse unos euros. Ahora bien, si Segura acude por segunda vez a la Festa do Galo de Curral en Vila de Cruces seguro que se va a acordar del nombre sin necesidad de ningún ejercicio de memoria.