El acuerdo de cesión de A Carixa permite al titular cobrar por negocios instalados

P. V. LALÍN / LA VOZ

VILA DE CRUCES

miguel souto

Nunca ejerció la opción pero podría hacerlo en una prórroga que no quieren las partes

07 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El acuerdo de cesión de parte de la Zarra da Carixa que acabó siendo el área recreativa se conformo en un documento de «derecho de uso» firmado por el entonces propietario Manuel Otero Otero, que había heredado la finca de su padre Carlos Otero Salgueiro y el entonces y ahora alcalde de Vila de Cruces, Jesús Otero Varela, que lo hacía en nombre del Concello facultado por el acuerdo del pleno celebrado el 7 de febrero de 1991.

El documento del derecho de uso se firmó ante el notario de Silleda el día 13 de mayo de 1991 y, precisamente, las fechas de negociación y la propia del acuerdo plenario están llevando a confusión porque en el Concello se manejaban cifras de algo más de dos años tiempo que obligaba a ceñir a dos años la contratación del chiringuito de la situado en la zona cedida precisamente por la caducidad del acuerdo.

Faltan tres años al convenio

Pero la escritura no deja duda y con la fecha notarial precisada quedan tres años y algo más de dos meses para que caduquen los 30 años. Será el 13 de mayo del 2021, un año más de lo que se venia estimando, lo que da mas margen para la negociación. La escritura pública como se había avanzado detalla que se trata de la Zarra da Carixa, a monte entonces, y con 3.500 metros cuadrados detallados en sus límites.

Además de establecer 30 años de cesión el documento precisa que el Ayuntamiento de Vila de Cruces debe darle a la finca durante todo el tiempo «el destino del parque de recreo y fiestas y área de descanso».

Renta de los negocios

Además de incluir el documento las precisión ya publicada de la facultad que tiene el Concello de optar a seguir con el uso concluido el plazo fijado, pero mediante pago de canon o renta anual, o desistir de la finca, y el derecho preferente de compra, el titular cedente de la parcela se reservaba entonces «la facultad de autorizar la instalación en la finca de cualquier negocio comercial, temporal o permanente». Este derecho está complementado además con el de «poder participar en la renta a pagar por los negocios que lleguen a instalarse» y dicha participación según estipula la escritura «será fijada entre el cedente y el Ayuntamiento de Vila de Cruces».

Todas las obras que fueron realizándose a lo largo de los años en relación con las riadas y el impacto permanente del río Deza sobre esta zona de A Carixa también estaban previstas en la escritura.

Obras de contención del río

Detallaba uno de los puntos del documento que será de cargo del Ayuntamiento «todas las obras de contención y mantenimiento que se efectúen en el cauce del río» aunque había obligación municipal de informar de los trabajos que se pretendiese hacer. También corren a cargo del Ayuntamiento el pago de las cargas tributarías que graven la finca y los gastos e impuestos derivados del derecho de uso.

Todos los argumentos recogidos en la escritura sumados al hecho de que la falta de titularidad de la parcela impida al Concello recibir ayudas para esa zona de A Carixa llevan al gobierno cruceño a querer resolver el acuerdo a su finalización con otro de compra que incluirá esa zona cedida y la propiedad completa del mismo titular por no poder segregarse. También por hacer municipal un área que desde el Arco da Carixa a la desembocadura del Orza y desde más arriba del molino en el Orza hasta su desembocadura ya es en la práctica un patrimonio -en parte prestado- pero patrimonio que ya disfrutan hace años Merza y la zona y todos los visitantes gallegos que concurren a lo largo del año y especialmente en verano.