
El balneario Baños da Brea, de Vila de Cruces, abrirá sus puertas de nuevo en marzo del próximo año retomando su actividad tras un cierre obligado por la pandemia que sumará en ese momento más de dos años. Esos son los planes de los propietarios que decidieron esperar a la nueva temporada. José Garaloces, el dueño de este establecimiento termal, único en la comarca de Deza, explica que aunque el Imserso había anunciado que abría los programas de termalismo en el mes de octubre, decidieron esperar y fijar para marzo la fecha de la reapertura.
Garaloces señala que ya pidieron plazas para ese mes y poder arrancar con las estancias en balnearios para mayores. Una decisión que considera fue acertada visto los problemas que están teniendo los balnearios con el Imserso en estos momentos con un programa que se retrasa con los consiguientes perjuicios para los establecimientos que tenían reservadas sus plazas y que realizaron un esfuerzo inversor para poner a punto sus instalaciones. Garaloces está convencido de que «aínda que teñen os presupostos do programa aprobados non parece que vaia a arrancar este ano». En su caso, el inicio de la pandemia les cogió «a unha semana para abrir coa nova temporada». Era mediados de marzo del 2020 y el establecimiento estaba en el período de descanso anual que se prolonga desde fin de año hasta el inicio de la primavera. Explica que «uns días máis e píllanos funcionando» apuntando que «tiñamos xa confirmados grupos» para esas fechas.
El coronavirus y el confinamiento general les dejó sin poder abrir las puertas. La pandemia trajo consigo la suspensión de los programas del Imserso, que constituyen la espina dorsal del negocio. Sin ellos y con las restricciones que se fueron sucediendo no fue posible abrir. Garaloces señala que después de todo el tiempo transcurrido «non podemos abrir da noite para a mañá». Es necesario contar con un tiempo para poner a punto de nuevo las instalaciones, lo que requiere trabajo y dinero, y lo que es más importante, contar con garantías de que van a poder trabajar con normalidad.
Cuentan con una plantilla de 8 trabajadores fijos discontinuos, a los que se sumaban otros empleados eventuales. Como el cierre los pilló en pleno parón, no pudieron optar a un ERTE. La solución fue el paro y en este tiempo algunos ya lo agotaron y otros encontraron otro trabajo. En esta última convocatoria sí pudieron optar por un ERTE, donde están gran parte de los empleados, menos alguno que está trabajando en otro sitio.
Mientras, el balneario continúa abriéndose un hueco a través de las redes sociales para promocionar su actividad y ganar clientela de cara a la reapertura. La Xunta firmó la resolución de ampliación del reconocimiento de la declaración de la condición mineromedicinal y termal de las aguas captadas en el denominado pozo 3. Una resolución que el propietario conoce hace dos meses pero que se hizo pública estos días en el DOG.