«Es difícil tener planes a veinte años cuando se tienen 70 de edad»

FERNANDO PASTOR MADRID

ECONOMÍA

José Manuel Lara Bosch, presidente del Instituto de Empresa Familiar José Manuel Lara, perteneciente a la segunda generación de la familia propietaria del grupo Planeta, es el nuevo presidente del Instituto de Empresa Familiar. Defiende la profesionalización de estas firmas al tiempo que reclama mayores incentivos de la Administración para fomentar la internacionalización y reconoce la falta de mentalización para que las empresas familiares afronten actividades de I+D.

23 dic 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

La empresa familiar goza ahora en España de una situación muy diferente a la de hace años. -¿Qué aportación ha hecho el Instituto de Empresa Familiar a estos avances? -Por una parte, se ha logrado mejorar la imagen del empresario, al tiempo que ha habido éxito en la docencia y en la formación de nuevas vocaciones empresariales, que demuestra que la firma familiar es algo que interesa a la gente joven. -Pero la empresa familiar sigue siendo una de las de mayor mortandad. ¿Por qué? -El 90% de la mortalidad suele deberse a causas endógenas y familiares. Hay que tener claras dos cosas. Por una parte, la facilidad de la empresa familiar para tomar decisiones es un defecto si se utiliza mal. El accionista debe ir siempre por detrás de los intereses de la propia empresa, porque, si no, se puede fallar. El segundo gran problema es que el líder debe saber dar pasos a tiempo. Hay empresas que pierden el ritmo, porque es complicado tener proyectos a veinte años con una edad de 70. Hay un tercer condicionante: el líder accionarial no tiene porque ser también el gestor. -Un estudio presentado recientemente señalaba una buena disposición de las empresas familiares a realizar fusiones. -Ya se han producido fusiones. El problema que surge siempre en estos procesos con empresas familiares es de los puestos y los asientos. A un empresario le cuesta dejar su sitio porque se gasta y arriesga lo suyo. En las fusiones, el líder de la empresa familiar tiene que ver muchas veces como manda otro en lo suyo, y eso es una barrera. -¿Es consciente el empresario familiar de la importancia de la investigación? -Es un problema de mentalización de todo el tejido social español. Te encuentras con que la Administración lo tiene todo muy claro, pero cuando llega un funcionario a inspeccionar o revisar el cumplimiento de la normativa, resulta que todo es diferente a lo que creías. Pero también existen problemas con el empresario, porque muchas veces es más fácil y barato comprar o ampliar una patente que investigar. Es decir, que la aplicación del I+D exige una mentalización a todos los niveles, y todavía queda mucho por hacer. -¿La internacionalización tiene otros problemas, pero es también difícil todavía para la pequeña y mediana empresa? -Tenemos muchas asignaturas pendientes. Faltan mecanismos financieros para promocionar este tipo de operaciones que sí tienen otros países europeos con los que competimos en el exterior. Además, la Administración debe poner en marcha medidas fiscales de apoyo, como la provisión acelerada de los costes de internacionalización, o la amortización acelerada del fondo de comercio. Todo tiene un fondo fiscal.