Bruselas impone fuertes límites al bum de los vuelos a bajo coste

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro CORRESPONSAL | BRUSELAS

ECONOMÍA

YVES HERMES

Obliga a la aerolínea Ryanair a devolver parte de las ayudas que le permitían reducir sus gastos La operadora irlandesa subirá sus tarifas un 10% tras la decisión

03 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El exitoso modelo de Ryanair, la aerolínea irlandesa especializada en los vuelos a bajo coste, se dio ayer de bruces contra las autoridades de Bruselas. La Comisión Europea exigió la devolución de cerca del 25% de las ayudas públicas recibidas por operar en el aeropuerto belga de Charleroi, unos cuatro millones de euros, por entender que distorsionan la competencia. La decisión sentará precedente para casos similares y acabará con el bum de los vuelos a precios de saldo. La comisaria de Transportes, Loyola de Palacio, intentó hilar fino para lograr una resolución que casase los intereses de las compañías aéreas tradicionales, enfurecidas con la feroz competencia de Ryanair; el de los aeropuertos regionales, deseosos de captar aerolíneas de bajo coste para incrementar su tráfico, y el de los consumidores, interesados en tener vuelos cada vez más baratos. Y aunque la comisaria insistía ayer en calificar la decisión de «equilibrada», lo cierto es que a Ryanair pareció gustarle mucho menos que a sus rivales. «La UE prohíbe las tarifas reducidas», decían los carteles colocados por los empleados de Ryanair en el aeropuerto de Charleroi, al tiempo que la compañía aseguraba que «los consumidores sufrirán precios más altos y tendrán menos elección». Mientras firmas como la británica Virgin Express se felicitaban por la decisión, calificándola de «paso de gigante en la buena dirección», el diario The Irish Times avanzaba que Ryanair se verá obligado a subir el precio de sus billetes hasta un 10%, a la vez que reducirá sus conexiones desde Charleroi. Las ayudas Las autoridades reguladoras censuraron en particular el hecho de que Ryanair -que sólo en Charleroi obtuvo ayudas por 15 millones de euros en tres años- disfrutase de grandes ventajas en el pago de tasas aeroportuarias, a la vez que obtenía incentivos por la asistencia en escalas y por explotar nuevas conexiones. En cambio, Bruselas mostró su conformidad con los subsidios a la promoción publicitaria, que alcanzaron los siete millones. Estas prerrogativas permitían a la aerolínea unir Bruselas con Londres por 0,9 euros más tasas, con Estocolmo o Pisa por 15 euros, y con Barcelona o Valladolid por 30, algo que difícilmente podrá seguir haciendo al verse privada de los incentivos que le concedía Valonia. En cualquier caso, Ryanair -respaldada por la Asociación Europea de Líneas de Bajo Coste y por el Foro de Aeropuertos Regionales Europeos- recurrirá la decisión ante el Tribunal de Luxemburgo, por entender que otras aerolíneas tradicionales reciben ayudas públicas.