Algunos proveedores del fabricante de automóviles MG Rover han empezado ya a despedir cientos de obreros después de que el pasado viernes el grupo británico iniciara el procedimiento para declararse en quiebra. Estos despidos, que se concentran en el País de Gales y en los Midlands, se producen tras el fracaso del proyecto de venta de Rover al holding chino Shanghai Automotive Industry Corporation (SAIC). El último constructor británico de automóviles que seguía siendo independiente (Vauxhall, Rolls-Royce y Bentley ya fueron comprados por grupos extranjeros) fue fundado en 1877 como constructor de bicicletas. La compañía aspiraba a una alianza con la estatal SAIC, al mismo tiempo que, para garantizar la operación, el Gobierno británico estudiaba la posibilidad de conceder a la empresa un préstamo de unos 140 millones de euros.