La SEPI deja escapar el contrato para construir tres buques ultrarrápidos

La Voz LA VOZ | FERROL

ECONOMÍA

Fast Ship optará por otro astillero europeo ante «la falta de respuesta» del Gobierno La obra, valorada en 600 millones de euros, generaría ocho años de trabajo a Navantia

01 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?l consorcio industrial Fast Ship se ha dado por vencido y después de intentar en el último año y medio de todas las formas posibles que primero Izar y después Navantia fabricasen sus buques ultrarrápidos, ha decidido encargar este pedido a otro astillero europeo. Las factorías públicas pierden así un contrato para la fabricación de tres buques -con opción a un cuarto- valorado en 600 millones de euros, y que le reportaría ocho años de carga de trabajo. Fuentes próximas a la operación aseguraron que detrás de esta decisión está «la falta de voluntad» de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales por respaldar este revolucionario proyecto, que consiste en la creación de una red de transporte marítimo capaz de competir con el avión a través de barcos ultrarrápidos. El anterior equipo de la SEPI, entonces dirigido por Ruiz-Jarabo, suscribió un acuerdo de colaboración con la empresa hace casi dos años. En virtud de este convenio, Izar determinó a finales del 2003 que los barcos eran técnicamente viables y aseguró que participaría con un 40% en el proyecto. Pero cuando Fast Ship e Izar estaban a punto de cerrar definitivamente la financiación, se produjo el cambio de Gobierno, primero, y después la crisis de la compañía naval, por lo que la operación quedó en suspenso. Fast Ship sostiene que cuando quiso retomarlo ya no encontró receptividad en la corporación que preside Enrique Martínez Robles. El interés del consorcio industrial -que cuenta con el respaldo de compañías como Lockheed Martin y Rolls Royce- por los astilleros españoles es tal que, desde el pasado marzo no han dejado de plantearle propuestas a la SEPI, entre ellas, que «Navantia se retire como socio pero se mantenga como constructor, con unas condiciones económicas ventajosas» sin que la corporación pública se haya pronunciado oficialmente al respecto. La SEPI apela a una carta, fechada el pasado 18 de mayo, en la que el presidente de Fast Ship, Roland Bullard, reconoce las limitaciones impuestas por la Unión Europea a Navantia -que sólo puede obtener pedidos civiles por el 20% de su facturación anual- como una de las causas para retirar el encargo y también alude a dificultades con el banco que cubriría la operación. Sin embargo, el consorcio industrial insiste en que se ha visto forzado por la falta de concreción de la sociedad pública, «que aún no nos ha dicho por qué no quiere hacer los barcos». La SEPI asegura que el proyecto tiene «riesgos técnicos y financieros grandes».