Una veintena de vuelos diarios con origen o destino en Galicia serán suspendidos
09 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.La huelga convocada en Iberia para esta semana, desde la pasada medianoche hasta el próximo domingo, dejará en tierra a 29.000 pasajeros cada día. Sólo un cambio drástico de última hora en las posturas de la compañía y de los pilotos, sobre todo por parte de los segundos, podía frenar un paro que le supondrá a la empresa unas pérdidas de cinco millones de euros por jornada. La última reunión, celebrada ayer por la mañana en la sede de Fomento, no sirvió para nada, salvo para constatar el «hartazgo» de la compañía ante lo que consideran una protesta «ilegal, abusiva e insolidaria». Y es que a Iberia le preocupa la mala imagen que puede dar la empresa ante sus clientes al verse obligada a suspender 228 vuelos diarios -una veintena de ellos con origen o destino en Galicia-. Por este motivo, la aerolínea achaca a los pilotos la responsabilidad de la falta de acuerdo por no aceptar ninguna de las garantías ofrecidas, entre ellas el mantenimiento del empleo actual en este colectivo, al menos, hasta finales del 2008, plazo ampliable en un año. Este acuerdo lo tutelaría el Ministerio de Trabajo. También ofrece crear una una comisión de seguimiento tripartita (junto a Fomento) que analice el impacto que Catair tendrá en el empleo en Iberia. Precisamente, la creación de la nueva aerolínea de bajo coste en la que participara Iberia (con un 20%) y el temor a que acabe perjudicando a la plantilla es lo que provocó la protesta. El Sepla, que representa a la casi totalidad de los pilotos, ha rechazado estas propuestas por no ir acompañadas de algún tipo de compromiso económico, a lo cual no está dispuesta Iberia. La compañía tilda de «aberración» el aval bancario (por 6.000 millones de euros, tres veces lo que vale la compañía en Bolsa) exigido por los pilotos para garantizar su sueldo hasta la jubilación. No obstante, el sindicato sostiene que durante el fin de semana rebajó esta exigencia. El Sepla cree que la «evidente intención de Iberia es forzar un laudo arbitral del Gobierno que «suspenda el derecho constitucional a la huelga y maniate» a sus afiliados. En Iberia, por su parte, se preguntan «qué más garantías» quieren, al tiempo que consideran un «abuso» que un colectivo que «sólo representa el 7,5% de la plantilla» (serían unas 2.000 personas) convoque una medida de protesta de tal magnitud. Escasas posibilidades Aunque los encuentros personales se daban por concluidos ayer a mediodía, durante la tarde-noche continuaron los contactos telefónicos a tres bandas (pilotos, empresa y Gobierno), pues nadie descartaba «una mínima posibilidad» de que la huelga se desconvocara, aunque fuera en el último minuto o durante esta semana. En cualquier caso, Trabajo iniciará hoy los trámites para el acto de conciliación solicitado por Iberia, ya que es el paso obligado para que, en caso de que no haya acuerdo, pedir a la Audiencia Nacional que declare ilegal una protesta que le va a costar 35 millones de euros. También las asociaciones de consumidores estudian presentar una querella contra los responsables del Sepla, a los que acusan de llamar a la huelga sin que aún se haya reconocido tal derecho a este grupo privilegiado (el Constitucional tiene pendiente de esta cuestión), y recuerdan que han convocado 21 paros desde 1979.