El secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, solicitó ayer a la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, en la primera reunión entre ambos tras ser elegido para dicho cargo, que elimine el impuesto de patrimonio por «injusto», «retrógrado», «por gravar dos veces la misma cosa» y «por perjudicar especialmente a la clase media».
Esta petición choca con la que los socialistas mantenían hace unos meses con el anterior líder regional, Rafael Simancas, que repetidas veces se mostró contrario a esta medida, porque, según él, beneficiaría principalmente a las grandes fortunas.
Pero Gómez resaltó que la eliminación de este impuesto es algo que defendía antes de adquirir la máxima responsabilidad en el PSM. Además, planteó este propósito como uno de los objetivos de lo que denomina «nuevo socialismo de Madrid», surgido a partir del congreso de su partido, que ahora avala esta petición.
Según el líder regional socialista, la eliminación del impuesto sobre el patrimonio, que supuso una recaudación de 430 millones de euros el último año, es un «proyecto progresista», porque se trata de que los madrileños no paguen un tributo «injusto». Según explicó, nació con carácter censal, no tributario, que sólo tiene fines recaudatorios y que afecta principalmente a las clases medias, ya que los «grandes patrimonios eluden el pago mediante sociedades fiscales».
Sin respuesta de Aguirre
Sin embargo, el Gobierno regional no precisó si aceptará la propuesta fiscal de los socialistas, pues el portavoz y vicepresidente primero, Ignacio González, se limitó a señalar que seguirán adelante con su política de «rebaja selectiva de impuestos».
A pesar de ello, la jefa del Ejecutivo autonómico se comprometió en el discurso de investidura, el pasado junio, a estudiar la desaparición de este tributo, que ya fue modificado la legislatura pasada, al incrementarse el mínimo exento de 108.000 euros que existe en toda España a 112.000 en la Comunidad de Madrid.
En Europa, el impuesto de patrimonio sólo sobrevive en Francia y Suecia, según indicó Tomás Gómez, y mientras que en el país vecino el tipo que se aplica es del 1,8%, en España el gravamen se sitúa en el 2,5%. Es más, en el país escandinavo también están próximos a ponerle fin.
Aunque esta petición ha sorprendido a populares y sindicatos -éstos se han pronunciado en contra-, en el programa electoral que el PSOE presentó en las elecciones del 2004 figuraba la desaparición de este impuesto para el 85% de los españoles. Pero como esta propuesta no se ha llevado a cabo, la consejera de Economía madrileña, Engracia Hidalgo, aprovechó para pedirle a Gómez que traslade su petición a Rodríguez Zapatero y cumpla su compromiso.