La pregunta que se hacen muchos analistas estos días no es si la economía estadounidense entrará en recesión. Es, más bien, si ya lo ha hecho. Por lo menos, eso es lo que afirmaron esta semana dos de las mayores firmas de Wall Street, Merrill Lynch y Goldman Sachs. Aunque aún no está claro del todo este extremo -entre otras cosas porque declarar oficialmente una recesión lleva unos seis meses-, el miedo de que la primera potencia del mundo se encamine hacia el precipicio es lo que está lastrando los mercados de medio mundo. Los malos datos se acumulan. Una serie de noticias negativas han provocado desde el 1 de enero y hasta ayer una caída en torno al 6% en Wall Street, el tercer peor comienzo de año desde 1926.
El foco rojo se ha situado sobre todo en las instituciones financieras impactadas por la crisis crediticia desatada por el pinchazo este verano del mercado de las hipotecas basura. Citigroup anunció el martes pérdidas de cerca de 10.000 millones de dólares en el cuarto trimestre del 2007 y amortizaciones por más de 18.000 millones para hacer frente a esta grieta. Al otro gran perjudicado, Merrill Lynch, le toca el turno hoy, cuando se espera que presente también pésimos resultados, al igual que hizo ayer JP Morgan y hará Bank of America. La falta de liquidez -a pesar de que algunos de estos bancos ya han acudido en busca de capital fresco- reducirá su capacidad de préstamo en unos momentos en los que es más necesario que antes, debido a los altos precios del petróleo, las desalentadores cifras de creación empleo, la caída del sector inmobiliario, los malos datos del consumo en establecimientos minoristas o el repunte de la inflación conocido ayer. Un escenario sombrío en el que la Reserva Federal tratará de arrojar un poco de luz a finales de enero, cuando vuelva a decretar un recorte en los tipos de interés.
Qué dicen los expertos
«Parece que el sector financiero en su conjunto va a sufrir una gran bajada en sus beneficios, y la única vez que vimos esto fue en la Depresión de los años 30. Pero no creo que esta vez pase algo tan desastroso», dijo Richard Sylla, profesor de Historia Financiera de la Universidad de Nueva York (NYU).
Sea como fuere, otros economistas indican que es irrelevante si la economía está o estará en recesión. Bernard Baumohl, al frente del Economic Outlook Group, señaló que aunque esta no llegue, el crecimiento económico se ralentizará de forma severa en el 2008. «Y esto tendrá el mismo doloroso efecto en las empresas y los hogares», afirmó.