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Los terneros frisones de carne se venden hoy cinco veces más baratos que hace 15 años

ECONOMÍA

20 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Un ternero de raza frisona, con pocas semanas de vida -de 15 a 30 días de existencia- y destinado al mercado de carne se vende hoy a 30 o 40 euros. Los ganaderos se quejan de que la cantidad es mínima, y más baja resulta si se compara con el precio al que se pagaba hace algún tiempo. Es aproximadamente la quinta parte de lo que recibían hace unos 15 años, a principios de los noventa. Entonces, con el euro aún lejos de llegar a los bolsillos, cada ejemplar se vendía a 25.000 o 30.000 pesetas (unos 150 euros).

Los animales son comprados por tratantes, que los envían a cebaderos, muchas veces situados fuera de Galicia. Pero la luz de alarma se ha encendido porque campesinos de comarcas como la Terra Chá tienen terneros de corta edad en sus explotaciones cuya salida al mercado parece más que incierta. La situación se agrava porque hay granjas de un solo titular, en las que los efectos de esta situación son mucho más palpables.

Los ganaderos han recibido por distintas vías información acerca de que a los cebaderos ya no les interesan estos ejemplares. Y una de las pruebas más evidentes de esto es que los tratantes, sobre todo en las últimas semanas, no se dirigen a ellos para comprar reses.

Una alternativa para salvar la situación es que los animales se críen en granjas para venderlos posteriormente, a los seis o siete meses. El precio que entonces puede alcanzar la res se acerca a los 400 euros, cantidad que los ganaderos tampoco encuentran interesante por el coste de alimentación que se debe afrontar en ese tiempo.

Mientras tanto, los sindicatos agrarios comparten las inquietudes de los productores, e incluso instan a la Xunta a tomar alguna medida para fomentar la cría y el consumo de esta carne. Ese es el punto de vista de Xóvenes Agricultores, cuyo responsable de ganadería en Lugo, Manuel López, sugiere como la vía correcta la creación de un sello de calidad. «Una marca como Frisón Galego -afirma López- podría ser útil para presentar el producto en el mercado y para estimular la actividad de ganaderías y cebaderos». «De ese modo - agrega- podría aumentar la actividad de los cebaderos existentes en Galicia, que suelen ser de menores dimensiones que los existentes en Aragón o Cataluña».

José Rodríguez, responsable de Unións Agrarias en Lugo, vincula también la situación con el alza de los costes de producción. Cita, a modo de ejemplo, que un kilo de pienso cuesta hoy unos 30 céntimos, frente a los 18 que podía valer hace un año. Por otro lado, recuerda que hay ayudas de la política agraria común desvinculadas de la producción, con lo que algunos cebaderos pueden estar percibiendo subvenciones aunque no realicen esa actividad.