No pudo ser, el rebote iniciado el miércoles por la Bolsa española se topó ayer de bruces con un nuevo inconveniente: la escalada del petróleo. Una vieja preocupación que viene a sumarse al miedo a un recrudecimiento de los efectos derivados de la crisis de las hipotecas basura, un fantasma que ayer volvió a planear sobre las mesas de operaciones, después de que Citigroup rebajara sus estimaciones de resultados para los principales bancos estadounidenses de inversión de cara al tercer trimestre, sumándose así a los malos augurios de su rival Goldman Sachs, que la víspera había recortado drásticamente las previsiones que maneja para los gigantes de Wall Street, incluido el propio Citigroup.
Así las cosas, es difícil que las entidades europeas, incluidas las españolas, levanten cabeza en la Bolsa. Ayer, sin ir más lejos, el BBVA retrocedió el 2,81%, el Santander perdió el 2,17%, el Popular cedió el 1,91%, Banesto cayó un 1,86% y Bankinter, el 1,37%
Con este panorama, el Ibex 35 encajó un descenso del 1,43%, perdió los 11.300 puntos, y a punto estuvo de decir adiós a los 11.200. París registró idéntico descenso y algo menor fue el descenso de Fráncfort (1,28%). Londres cerró prácticamente sin cambios respecto al día anterior.