El magnate estadounidense Warren Buffet, para muchos el mejor inversor de todos los tiempos, volvió ayer a la arena de la crisis financiera internacional con una millonaria inyección de liquidez para Goldman Sachs bajo el brazo. Buffet ya coqueteó en febrero con algunas de las entidades más golpeadas por el huracán subprime , poniendo sobre la mesa un plan para asumir parte de la deuda de las asegurados de bonos (las conocidas como monoline) . Ambac y MBIA estuvieron en su punto de mira, pero finalmente la operación no llegó a buen puerto.
Ahora, el segundo hombre más rico del mundo, por detrás de Bill Gates, según la revista Forbes , ha puesto sobre la mesa del todavía primer banco de inversión del planeta 5.000 millones de dólares (algo más de 3.400 millones de euros). Esta cantidad irá destinada a adquirir acciones preferentes de Goldman que serán recompensadas con una rentabilidad anual del 10%. Junto a ello, el gurú financiero recibirá opciones para comprar títulos ordinarios por otros 5.000 millones que podrán ejecutarse en el transcurso de los próximos cinco años a un precio de 115 dólares (a media sesión de ayer, la cotización del banco era de 129,95 dólares).
La aparición en escena de Buffet podría dar al traste con los planes del japonés Sumitomo Mitsui, el tercero del ránking de su país por volumen de activos, para hacerse con una participación importante en el capital de Goldman, en el que, según la prensa estadounidense, tenía previsto invertir unos 2.500 millones de dólares, lo que lo convertiría en el tercer gigante nipón en aterrizar en Wall Street en solo unos días. El Mitsubishi UFJ, el mayor banco del mundo por capitalización bursátil, anunció el lunes la compra de entre el 10 y el 20% de Morgan Stanley y Nomura se ha hecho esta semana con los activos del malogrado Lehman Brothers en Europa, Asia y Oriente Medio.
Precios de ganga
La banca japonesa, tradicionalmente conservadora y poco dada al riesgo, se ha lanzado a comprar ahora que las acciones están a precio de ganga. No sin antes cerciorarse de que lo único que adquieren son activos, es decir, sin responsabilizarse de la deuda contraída por las entidades que absorben.
Además de la millonaria inyección de Buffet, Goldman Sachs anunció también ayer su intención de llevar a cabo una ampliación de capital por valor de 5.000 millones de dólares para dar entrada en su accionariado a inversores institucionales.
Y mientras tanto, el FBI ha abierto una investigación contra tres de las entidades rescatadas con dinero público, la aseguradora AIG y las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, así como contra Lehman Brothers, por posible fraude.
Efecto pasajero
El guiño de Buffet a Wall Street, dando un voto de confianza a las entidades en apuros, fue bien acogido por las bolsas, pero sus efectos apenas duraron unas horas. De hecho, todas las plazas europeas acabaron la jornada con descensos, arrastradas por las dudas sobre la aprobación del macroplán anticrisis de Estados Unidos y el calendario de su aplicación. Cuando los parqués del Viejo Continente cerraron sus puertas, también el mercado de Nueva York evolucionaba a la baja.
En el caso del Ibex 35, el retroceso fue del 0,57%, hasta los 11.112,9 puntos. Telefónica tuvo buena parte de la culpa de este descenso. La operadora se dejó en el camino un 3,73%.