Sin agradecimientos ni apariencias, PSA anunció ayer el despido de su quinto presidente (al que elevó a la cúpula hace menos de dos años) para dar paso a Philippe Varin, ex presidente de la siderúrgica británica Corus, filial de la india Tata Steel. La prensa gala ve tras el relevo la preocupación existente entre los accionistas por la fortaleza física de Streiff para afrontar la crisis, tras el derrame cerebral que sufrió el año pasado y del que no se recuperó totalmente.
Con fama de autoritario y prepotente, Christian Streiff (1954) dio un giro a la estrategia del grupo y lanzó un agresivo plan de competitividad, el CAP 2010, cuyo objetivo, ahorrar costes, se logró adelgazando la plantilla hasta restarle 15.000 trabajadores en apenas dos años, en los que, además, hubo despidos de directivos, ceses nunca explicados, como el del ex director en Vigo, Javier Riera, y marchas sonadas de otros que prefirieron dejarlo como Gilles Michel.
Streiff llegó a visitar oficialmente la factoría viguesa en dos ocasiones, la última, en enero del 2008, para el lanzamiento de las furgonetas Partner y Berlingo. Entonces la crisis aún no había hecho acto de presencia, ni se la esperaba, pero, pese a todo, Streiff ya advirtió que la fábrica más productiva del grupo no tenía nada asegurado. Ahora se va y deja a la multinacional con los peores resultados de su historia, un stock de más de 100.000 vehículos y un mercado que solo parece reanimarse a golpe de ayudas públicas a la compra.
Dimisión
En tal escenario irrumpirá Varin, un directivo formado en la escuela Pechiney, la misma de Jean-Martin Folz, que dirigió brillantemente durante diez años PSA. Entre los méritos de Varin está el haberse erigido en líder de Corus: cuando se hallaba en plena caída, la resucitó y logró detener la lucha entre accionistas. Corus fue adquirida en el 2006 por Tata. Varin iba a marcharse a Bombay a proseguir su carrera, pero razones personales lo hicieron inclinarse por Europa y dimitió. Así llega a PSA.