El documento final de la reunión es un compendio de afirmaciones inconcretas, vagas y en ocasiones, evidentes.
08 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La cumbre del empleo de la Unión Europea concluyó ayer en Praga con una declaración genérica de buenas intenciones y sin una sola medida concreta para combatir la destrucción masiva de puestos de trabajo que la crisis ha desatado en los países de la UE. El documento final de la reunión es un compendio de afirmaciones tan inconcretas, vagas y en ocasiones evidentes que los sindicatos se negaron a asumirlo como conclusiones propias de un encuentro en el que habían depositado grandes expectativas.
La cita, ideada por la Presidencia checa de la Unión, había perdido gran parte de sus posibilidades cuando el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se negó en rotundo a convertirla en una cumbre de líderes europeos, y obligó a rebajar su rango. Estaba previsto que no asistirían los jefes de Estado y de Gobierno, salvo el primer ministro checo como anfitrión, y sus futuros sucesores, y que solo acudirían ministros del ramo y representantes de la Comisión Europea, de los sindicatos y de la patronal.
Rajoy
En ese sentido, el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, criticó ayer la ausencia del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que asumirá la Presidencia la UE a partir del 1 de enero del 2010, y que optó por enviar a Praga al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.
«Debe ser que España no tiene problemas de empleo», ironizó Rajoy -España lidera todas las estadísticas de paro y de velocidad de destrucción de empleo en la UE-. «Pero el problema de no ir a una cumbre sobre el empleo que él mismo apoyó, es la imagen que dejamos. Cuando presida la Unión Europea, dentro de nada, se puede encontrar con que convoque una cumbre y no le vaya nadie», advirtió Rajoy.
Por su parte, el ministro de Trabajo se mostró satisfecho con las propuestas de la cumbre, que entendió «como punto de partida» de futuras soluciones, y aseguró que todas las partes que asistieron a la reunión se comprometieron a desarrollarlas y concretarlas de aquí a junio. Ese mes, los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en Bruselas, donde prevén valorar el resultado de la cumbre de Praga.