La crisis del sector lácteo ya tiene rostro

E.?Á.

ECONOMÍA

28 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La dramática situación que vive el campo gallego tiene nombres y apellidos. En los últimos cinco días dos de los más repetidos han sido los de Narciso Cid y Lucas Veiga. Son los dos ganaderos de A Mariña que han estado todo ese tiempo sin poder entregar a nadie la leche de sus granjas, lo que los ha obligado a tirar al pozo del purín unos 6.000 litros diarios. Un conflicto que ahora podría tener solución: Leche Celta podría hacerse cargo de la recogida. Así lo aseguraron ayer fuentes de Xóvenes Agricultores y Unións Agrarias, mientras que desde el SLG se insistió en que había que esperar a que se cerraran las negociaciones.

Ambos productores no aceptaron lo que les planteaba Leite Río -la empresa a la que entregaban antes su materia prima-, que les exigió que pidieran disculpas por el enfrentamiento con los inspectores que desencadenó la crisis.

La aparición en escena de Leche Celta aliviaría la crítica situación de los dos ganaderos, pero no pondría fin al desmantelamiento que vive el campo gallego.

En torno a cien productores lácteos se concentraron ayer delante de la Xunta de Galicia, convocados por el Sindicato Labrego Galego (SLG). Isabel Vilalba, compañera de los dos productores de A Mariña y miembro del SLG, aseguraba que la situación por la que atraviesan las dos granjas es muy complicada.

«O fillo de Narciso incorporouse hai dous anos á explotación, e a de Lucas tamén ten investido moito». Tienen entre las dos explotaciones más de 200 vacas de ordeño. «Onte [por el martes] chamou o alcalde de Barreiros e esperaban que os volvesen chamar esta mañá, pero non teñen nova ningunha», apuntaba Isabel por la mañana, antes de conocerse el posible pacto con Leche Celta.

Ayer, delante de la Consellería de Medio Rural, las lágrimas ante un medio de vida que se escapa afloraron varias veces. Sobre todo cuando intervino Lupe Prado, ganadera y responsable del sector lácteo en el SLG. Con pancartas que rezaban « No leite, primeiro prezo, despois contrato» , o « Se isto non se arregla, adiante tractorada» , los productores (a los que después se unió el comité de empresa de Leche Pascual) exigieron responsabilidades políticas a la Xunta, de la que afirmaron que no puede seguir escondiéndose.