Caja Rural de Granada no se plantea una posible fusión con Caja Granada porque «no tendría ningún sentido», ya que supondría un solapamiento de ambas entidades en muchas poblaciones y la consecuente pérdida de clientes.
El presidente de la Caja Rural, Antonio León, afirmó ayer que a su entidad las fusiones no les afectan directamente y ven este asunto «desde una perspectiva alejada» porque se refieren a otro modelo de sociedades diferentes de la suya, que forma parte ya de la Asociación Española de Cajas Rurales. León considera que la idea de una posible fusión con Caja Granada «no tiene ninguna base» y que no la han contemplado, ya que sería un caso en el que «uno más uno nunca sería dos». «La hipótesis de esta operación entre ambas entidades ya es cosa del pasado», aseguró.
El director general, Dimas Rodríguez, ha explicado que la fusión se refiere a cajas de ahorro y Caja Rural es una cooperativa de crédito, por lo que no están «en este tipo de conversaciones» y se mantienen «al margen».
Rodríguez indicó que la decisión de fusionarse correspondería a los socios, ya que son una entidad privada, pero que cuentan con un perfil de riesgo más reducido que les permitirá no tener que ser asistidas y verse obligadas a fusiones.