Fabricará dos nuevos modelos, uno eléctrico, y un motor ecológico, que garantizarán el empleo cinco años
07 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Valladolid y gran parte de su industria tienen el futuro a medio plazo garantizado. El presidente de Renault España, Jean Pierre Laurent, anunció ayer una inversión de 500 millones de euros (compartida al 30% con las Administraciones españolas, que inyectarán unos 150 millones) para la fabricación en Valladolid de dos nuevos vehículos -uno de ellos eléctrico- y un motor más respetuoso con el medio ambiente. Laurent confirmó la adjudicación de los nuevos productos para las factorías españolas, acompañado del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
Del presupuesto global, 300 millones se destinarán a la adecuación de las fábricas a los nuevos modelos, y otros 70, a la ejecución del coche eléctrico. «Renault confirma que vamos a producir en Valladolid un pequeño vehículo eléctrico en el 2011; vamos a montar un nuevo motor muy ecológico también en el 2012, y un coche tradicional a principios del 2013», explicó el presidente de la compañía, tras subrayar que esta apuesta «es importante para asegurar lo que a todos nos preocupaba, que era mantener el empleo». La decisión fue adoptada la víspera en París, en el comité ejecutivo de Renault, con el asentimiento del presidente, el brasileño Carlos Ghosn, y la firma del director general delegado, Patrick Pelata.
«Tenemos tranquilidad para 5 años sin problemas y, seguramente, más», declaró el máximo responsable de la multinacional en España. Incluso el tiempo podría alcanzar los 10 años si continúa el compromiso de las Administraciones. Tanto Miguel Sebastián como los sindicatos precisaron que con esta apuesta se asegura el trabajo para las cerca de 10.000 personas que integran la plantilla de las factorías de Valladolid, Palencia y Sevilla.
El automóvil eléctrico será una de las cuatro novedades que se presentaron en el Salón de Fráncfort. Aunque Jean Pierre Laurent rehusó desvelar las características de los nuevos modelos, «para no dar pistas a la competencia», sí avanzó que el turismo convencional será un representante del segmento B, en el que se incluyen los actuales Clio y Modus, pero atendiendo las preferencias de los clientes dentro de cuatro años. Sobre el nuevo motor precisó que se enmarca en la generación Eco2, propulsores eficientes en consumo y bajas emisiones de CO2 a la atmósfera, baja cilindrada y con turbo. Será uno de los «motores del futuro», vaticinó.
El presidente del Gobierno recurrió al cantautor Joan Manuel Serrat para enfatizar el sentido del acuerdo: «Hoy puede ser un gran día, pues sí; hoy es un gran día para la industria del automóvil y un gran día para los trabajadores». Rodríguez Zapatero reconoció que la industria de la automoción es «clave» para el futuro económico, como lo demuestran los 1.000 millones de euros del plan de apoyo al sector y con ayudas directas a la compra de vehículos.
Zapatero y los pesimistas
Además, el presidente defendió la vía de los presupuestos de las Administraciones como el mecanismo más oportuno para reactivar los sectores económicos en este tiempo de «grave crisis económica y financiera»: «Las ayudas públicas son las únicas vías que hay para reactivar la economía y el consumo», sentenció. Zapatero aprovechó el compromiso de Renault en España para lanzar un mensaje político, basado en la capacidad de innovación y competitividad: «Este país es competitivo y por eso las grandes marcas siguen apostando por España». Y apostilló su discurso con otra frase dirigida a los críticos con el Gobierno: «No sé si el pesimismo es un negocio, pero no es una inversión». El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se congratuló del «primer anuncio de la producción masiva del coche eléctrico en España».